Yulia - Relatos Eróticos

Yulia

... muy sincera y voy a serlo desde ya y quiero que lo seas tú también -sentenció.

- Adelante -no sabía que más decirle.

- Supongo que lo habrás notado y si no, para que no haya dudas, soy trans y no estoy operado ahí abajo -intenté decir algo, pero me puso el dedo del silencio delante y me callé-. No eres el tipo de chico que me suele gustar, pero me pareces mono e interesante. ¿Hoy vas a follar? Sí, porque también vengo con ganas. Y ahora quiero que seas sincero tú y si algo no te gusta lo terminamos cuanto antes y ya. Tranquilo, no serás el primero que se levanta y se va.

Me quedé en blanco. Había sido muy sincera pero también había parecido un discurso ensayado ya en muchas citas anteriores. Era una mujeraza, una mujeraza que quería follar, pero una mujeraza con pene. La verdad es que no me lo esperaba, ni tenía experiencia, ni me ilusionaba que tuviera pene. De repente me llegaron muchos prejuicios a la cabeza, tantos que no entraban todos a la vez. En el fondo yo no tenía ningún problema, pero nunca me había tocado a mí y menos mucho menos con una sinceridad que ninguna mujer tampoco había tenido. Pero iba a follar hoy.

Tenía dudas y miedos de cómo sería hacerlo con ella, ¿y si era también agresiva y acababa yo violado? Me reí mentalmente. Desde luego su pene no era lo que deseaba, pero esas tetazas y ese culazo... aquello tenía que probarlo. Mientras pensaba todo esto Yulia me miraba fijamente y parecía que empezaba a incomodarle mi silencio.

- ¿Y de que ...

... parte de Rusia me dijiste que eras? ¿Cómo se folla allí? -dije atrevido.

- Pues allí nos lo comemos todo -dijo después de reír entendiendo que me interesaba-, y la verdad es que estoy hambrienta y para ser un sitio con pinta de caro, aquí no nos atiende nadie -se quejó pareciendo cambiar el tema.

- Tienes razón, siguen sin traer ni la bebida -no veía a ningún camarero cerca-. Vamos a hacer una cosa, voy al baño, y cuando vuelva busco a alguien para que venga a la mesa ya -me levanté.

- No te escapes por la ventana -dijo ella. Fue muy chistosa y me reí. -Y no cierres la puerta -añadió.

- ¿Como? ¿Qué has dicho? -me sorprendí.

- Que no cierres la puerta del baño -repitió guiñando un ojo.

Me fui al baño y le seguí la corriente. No puse el pestillo de la puerta y me la saqué para mear esperando sin sorpresa que llegara ella. Rápidamente se metió cerrando ahora sí la puerta. Me rodeó por detrás sin que apenas pudiera verla para no desviar mi chorro. Deslizó su mano apartando la mía y sujetando la meada empezó una masturbación muy muy lenta. "Así no voy a poder...", "Shhh" me calló Yulia. Se me estaba poniendo dura ya terminando las últimas gotas. Me dio la vuelta y se la metió en la boca limpiándola bien.

"Que guarra eres" me salió instintivamente. Era una primera cita tan directa y caliente que no lo podía creer. "Dilo otra vez" susurró Yulia y yo la tenía ya durísima. Nunca me la habían limpiado así. "Que guarra eres" repetí y ella se la metió en la boca de ...