1. Mis padres en el sofá


    Fecha: 28/09/2024, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mirando no importará un poco más. ¿Qué te parece?.
    
    - Lo más excitante que he visto en mi vida. Y más morboso todavía por que sois mis padres y estáis muy buenos. No lo digo yo sola, todos mis amigos están de acuerdo en eso.
    
    - ¿En serio? nena.
    
    - Desde luego.
    
    - Acércate cielo.
    
    Mientras tanto mi madre seguía moviéndose despacio, sensual. Cabalgando la polla de su marido sin prisa, solo disfrutándolo.
    
    Me coloqué a un palmo del muslo de mi padre, al alcance de sus manos por si querían hacer algo. Fue mi madre la que actuó. Le dio un tirón al short hasta dejarlo a medio muslo. No le costó mucho, ya lo tenía bien abierto.
    
    Así pudo ver mi mano acariciando mi xoxito sin prisa, casi al mismo ritmo al que ella se movía. Y desde luego muy, muy húmedo encharcado el delicado encaje del tanga.
    
    Solo tuve que mover un poco las piernas para que el pantaloncito terminara a mis pies. Lo único que cubría el pubis era un diminuto tanguita y ya estaba desplazado.
    
    Mi padre me miraba con una sonrisa pícara y lasciva a la vez. Una expresión que solo le había visto alguna vez mirando a su preciosa mujer cuando ella vestía sexi. Bueno alguna vez también me había mirado así a mí si llevaba un bikini o algo para salir de marcha.
    
    Pero no decía nada dejando que mi madre llevara la batuta. Ella pasaba la mano con suavidad por mi piel. Empezó por la parte delantera del muslo y fue subiendo despacio. Acariciándome con el dorso de la mano. Sin dejar lo que estaba haciendo con ...
    ... él.
    
    Pasó de largo mi pubis para acariciar con cariño mi vientre, se metió por debajo del top en busca de mis pechos. Y no es que la dejara, es que me estaban encantando sus caricias.
    
    Ni llevaba sujetador así que le fue fácil alcanzar uno de mis pezones. Pellizcarlo con suavidad y ponerme todavía más cachonda de lo que estaba. Ya estaba jadeando al mismo ritmo que mi madre, parecíamos sincronizadas.
    
    Tiré del top y me lo saqué por encima de la cabeza. En ese momento estaba más desnuda que mi madre. Yo solo con mi tanga y ella con más lencería. Aún así me las apañé para acariciar sus pechos. El sujetador de media copa me lo ponía fácil.
    
    La prenda me permitía acariciar con toda comodidad sus voluptuosos pechos pues se limitaba a sostenerlos desde abajo sin cubrir su volumen. Hacerme con sus pezones y pellizcarlos con cuidado fue una delicia. Son más grandes que los de mis amigas y salen casi un centímetro de la areola.
    
    Me acerqué aún más a ellos hasta rozar con mi muslo el de mi padre. No le veía del todo convencido de hacerme nada a mí. Lo que estaba claro es que iba tan cachondo y caliente que era posible que se soltara.
    
    Mi madre seguía acariciandome, ella sí que estaba más suelta. Y yo nunca me había dado cuenta de que le gustaran las chicas, ni lo más mínimo. Su mano había empezado a bajar de mis peras, jugando con un dedo en el ombligo. Llegó al tanga y empezó a bajarlo desnudando mi pubis.
    
    Ya era oficial estaba caliente y quería follar con mis padres. A esas ...