UNA NOCHE DE FIESTA CON MI HERMANA SEGUNDA PARTE
Fecha: 02/10/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: miriammimi, Fuente: RelatosEróticos
... acabó haciéndome esta pregunta directa, que no me dejaba escapatoria y tenía que contestarla claro. Pero me sentía muchísimo mejor y totalmente liberado. Tras haberle dado tantas vueltas a como se sentiría por lo que habíamos hecho, si se arrepentiría, ahora veía que me decía que estaba bien, y me sentí profundamente aliviado.
- Sí, mucho - me atreví a contestarle - Pero me siento... bueno, que no sé como sentirme, pero me preocupaba que tú, que te sintieras mal...
- Tranquilo, no pasa nada - levantó la vista y nos miramos a los ojos, y amplió su sonrisa - A mí también me gustó...
- ¿De verdad no hice nada que te molestara, o no quisieras?
- Qué va, tranquilo... si además creo que empecé yo, ¿no? - contestó ella medio riendo.
- Pues no lo quería decir, pero la verdad es que sí - me atreví a bromear.
Nos reímos, y esa risa fue absolutamente balsámica. Me sentía (y luego supe que ella se sentía igual) como si me hubiera sacado un peso de encima, y ahora que le había preguntado lo más importante, tenía muchas ganas de seguir hablando con ella, dejar atrás el miedo a que nuestra fantástica relación no volviera nunca a ser como había sido. Cogimos el desayuno y nos sentamos en dos sillas en la mesa de la cocina a desayunar y seguir charlando (durante toda la vida estando solos hemos desayunado sentados en el sofá, pero ese día, sin ponernos de acuerdo, los dos nos sentamos en las sillas de la cocina, creo que a ambos nos daba reparo ir a hablar sentados en el ...
... sofá donde la noche anterior habíamos sido algo más que hermanos...).
Hablamos un buen rato de como nos sentíamos. Después de lo que había sufrido pensando que mi hermana pudiera odiarme por lo que le había hecho me hizo gracia descubrir que ella había estado pensando lo mismo, que sentía que todo había pasado por culpa suya por empezar bajándome los pantalones, y se preguntaba que qué pensaría yo de ella y si podría volver a mirarla a la cara. Así que una vez nos tranquilizamos mutuamente pudimos hablar con la confianza de siempre de lo que había pasado y como nos sentíamos. Pero no entramos en detalles de lo que habíamos hecho; aunque en algunos momentos tuve ganas de hacerlo, contarle lo que me había gustado de su cuerpo y de tener sexo con ella, y saber lo que pensaba ella, no me sentía aún cómodo para ello, y tampoco Miriam entró en esos temas.
Después del desayuno no volvimos a hablar de ello. En el tiempo que pasamos juntos en casa durante el día actuamos como habríamos hecho normalmente, y me sorprendió y alivió que no se me hacía incómodo estar con mi hermana y hablar con ella después de habernos visto desnudos y haber tenido sexo. Por suerte no se cumplieron los temores que tenía, y parece que vamos a poder seguir teniendo una relación normal después de lo sucedido.
Durante los siguientes días actuamos como siempre y no volvimos a sacar el tema. La única diferencia es que, aunque intente no hacerlo, no puedo evitar fijarme en el cuerpo de mi hermana de una ...