UNA NOCHE DE FIESTA CON MI HERMANA SEGUNDA PARTE
Fecha: 02/10/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: miriammimi, Fuente: RelatosEróticos
... los que nos dábamos cuando estábamos teniendo sexo, pero mantuvimos los labios unidos durante unos segundos y, cuando saqué la lengua para lamérselos, encontré la suya saliendo también de su boca, y durante un momento mantuvimos las dos puntas entrelazadas. Finalmente mi hermana echó la cara hacia atrás, me miró a los ojos unos instantes mientras me sonreía, y luego sin decir nada volvió a fijar la mirada hacia mi pene, que no había dejado de masturbar en ningún momento.
Así que volví a poner mi mano sobre su pecho, ya que antes no me había puesto impedimento a que le hiciera esto, y durante otro rato, desconozco completamente cuanto, le fui acariciando suavemente el pecho y el pezón, mientras ella seguía haciéndome la paja. La situación me gustaba, y quizá con otra chica simplemente hubiera disfrutado todo el rato que hubiera podido aguantar, pero estar con mi hermana en silencio, con mi pene al aire se me hacía cada vez más tenso e incómodo. Imaginé que para ella tener el pene de su hermano en la mano y estar con las tetas al aire le causaría una sensación similar, y que sería por eso tenía la vista fijada en mi pene y apenas me miraba, así que intenté acabar lo antes posible, pero ya sabréis que obsesionarse con eso lo único que consigue es que tardes aún más en llegar. Así que finalmente, aunque decirle algo a mi hermana en voz alta me producía un extraño sentimiento de vergüenza, me vi en la obligación de decirle algo.
- Miriam - le dije sin apenas alzar la voz – ...
... si te cansas...
- Tranquilo, no pasa nada - contestó ella al cabo de un segundo - ¿No puedes acabar?
- ¿Eh? Sí, sí - contesté - Pero... si te cansas, para un rato...
- Entonces tranquilo, estoy bien - contestó ella, y no se giró a mirarme pero vi que me sonreía.
Ya no nos dijimos nada más y continuamos como hasta el momento, yo acariciándole las tetas, ella haciéndome la mejor paja que me habían hecho hasta el momento, ya que desde hacía un rato, además, cuando su mano llegaba a la base de mi pene, antes de volver a subir deslizaba los dedos hacia abajo y me acariciaba también los testículos. Visto a posteriori, me alegro de no haberme corrido enseguida y haber podido disfrutar de tanto rato de placer...
Y por fin, finalmente, sentí esa sensación tan familiar que me anunciaba que iba a correrme en breve.
- Miriam, voy a acabar... - le dije.
No lo hice porque me diera morbo decirlo en voz alta, que me lo daba pero la vergüenza de hacerlo era superior, solo quería avisar a mi hermana para que pudiera apartar la mano, coger un papel o trapo, o lo que quisiera, no quería que se molestara por eyacular en su mano sin avisar.
- Vale - contestó simplemente.
Sin inmutarse ni moverse, lo único que hizo fue cambiar la posición de la mano. Puso la palma ahuecada encima de la punta, como haciendo una cazoleta, o un paracaídas encima del pene con sus dedos verticales hacia abajo como si fueran las cuerdas, y siguió masturbándome. Estiraba y doblaba los dedos para ...