UNA NOCHE DE FIESTA CON MI HERMANA SEGUNDA PARTE
Fecha: 02/10/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: miriammimi, Fuente: RelatosEróticos
... deslizar las yemas sobre mi miembro, y cuando los estiraba y me tocaba lo más abajo del pene que podía, me rozaba la punta con la palma de la mano, y entonces movía esta en círculos provocándome unas cosquillas en el glande que me hacían temblar las piernas. Me pregunté una vez más, ¿cómo, cuándo, dónde había aprendido mi hermana a hacer eso?
No aguanté más de tres o cuatro veces las increíbles caricias de la mano de mi hermana sobre mi glande, y finalmente una sensación de calor y temblor invadió mi cuerpo.
- Ya voy, ya voy... - dije entre dientes, esta vez más para mí que para que ella me escuchara.
Y por fin me corrí. Solté un gemido y expulsé mi semen contra la mano de mi hermana, que no solo no la apartó sino que mantuvo la forma de cazoleta y aún cerró más los dedos, atrapando mi glande dentro de su mano dejando que eyaculara dentro de ella sin que el semen se saliera, mientras continuaba moviendo los dedos sobre el tronco de mi pene durante toda la duración de mi orgasmo. Cuando la oleada de placer desapareció mi hermana y yo nos miramos a la cara sonriéndonos, y ella mantuvo aún unos momentos la mano envolviendo mi pene, recogiendo todo mi semen en ella salvo unas pocas gotitas que habían caído sobre mi pubis. Cuando finalmente apartó la mano, girándola para que quedara la palma hacia abajo y no se derramara el semen, vio que en la punta del pene asomaba una gota, y sin dudarlo ni pensárselo pasó su pulgar por encima para limpiarla, lo que me excitó y ...
... encantó.
Después de esto Miriam se levantó del sofá, y de espaldas a mí se agachó para recoger de la mesilla auxiliar un trapo que habíamos dejado por si derramábamos algo de líquido con las bebidas que nos habíamos tomado antes de que todo empezara, y con él se limpió la mano. Luego se puso bien el vestido, subiéndose la parte de arriba para taparse los pechos y bajándose un poco la falda para taparse bien por detrás, y al acabar se giró hacia mí. Yo me había quedado mirando embobado como mi hermana se limpiaba mi semen de la mano y acababa de vestirse, y a ella se le notó claramente su sorpresa en la cara cuando al girarse me encontró con mi pene aún erecto frente a ella, desnudo y brillante por mi semen derramado, pero también por sus propios efluvios.
- ¿Pero aún no te has vestido? - preguntó de una manera que se notaba que lo había dicho sin pensar.
Y entonces sentí más vergüenza de la que había sentido en ningún momento, desde que mi hermana me bajara los pantalones y sacara mi pene de los calzoncillos por primera vez, así que reaccionando torpemente me subí pantalones y calzoncillos y tapé mis partes íntimas lo más rápido que pude, sintiendo la mirada de mi hermana sobre mí. Cuando me hube vestido, Miriam emitió una corta risa alegre, como de burla, me sonrió y vi que tenía la intención de darse la vuelta e irse. Entonces, sin pensarlo, por fin me atreví a pedirle algo en voz alta. Lo hice siguiendo un impulso súbito, sin pensarlo dos veces, porque lo que sucedía es ...