1. Amor familiar (capitulo 1)


    Fecha: 02/10/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Incesto Autor: cleversex, Fuente: SexoSinTabues30

    Mi hermana siempre ha sido muy especial. Desde pequeña era muy retraída y siempre huía del contacto con otros niños. Ya con ocho años, prefería quedarse en casa después de llegar del cole. Que mama la obligara a ir al parque a relacionarse con otros niños para ella era un drama. Aguantaba estoicamente hasta que mama se hartaba y la llevaba a casa. Eso hizo, además de otras muchas cosas, que la relación con ella fuera muy fría. Mi padre, que casi trabajaba de sol a sol, pasaba de todo y le daba igual lo que hiciera mi hermana: solo quería que mi madre le dejara tranquilo. De todas maneras, mi hermana no tenía ningún problema. Igual que mi padre, lo único que quería es que la dejaran tranquila, y eso a mi madre no la entraba en la cabeza
    
    Más o menos con esa edad (ocho años) empezó a escribir un diario que siempre guardaba en el cajón de su mesilla. Unos años después, ya con casi doce, descubrí fortuitamente que en realidad tenía dos diarios. Uno, el oficial, dónde escribía chorradas y otro, el secreto, dónde plasmaba de verdad sus sentimientos más íntimos. ¿Por qué lo hacia? Porque no era tonta y sabía que mama leía el diario de la mesilla. En un principio estuve tentado de curiosear, pero cómo no quería parecerme a mi madre, lo deseché… al menos por el momento.
    
    Finalmente, empecé a notar una actitud extraña en mi hermana. Por entonces yo tenía casi veinte años y ella casi catorce: se podría decir que ya era una mujercita, aunque eso si, cómo decía mama siempre tan ...
    ... delicada, se había quedado a medio crecer. Entonces media uno cuarenta y cinco, y no pasaba de los treinta y seis kilos. Comía muy poco y siempre que había oportunidad, solo vegetales y eso se notaba en su cuerpo, extremadamente delgado, tanto, que casi no tenía pecho. Si no fuera por esto ultimo, parecería una modelo en miniatura.
    
    Cuándo estábamos solos en casa, siempre se paseaba medio desnuda por delante de mí, eso si, sin enseñar gran cosa, pero siempre muy insinuante. Cuándo aparecía mama, rápidamente se ponía el chándal para no oírla. Por delante de mi padre, si quisiera podría pasearse desnuda que no se iba a inmutar. Nunca lo hizo.
    
    El caso es, que un día que mi hermana estaba en el colegio y yo no tenía que ir a la universidad, escamado por su forma de actuar me decidí a husmear en su diario secreto. Lo saqué de debajo de una tabla del suelo del armario empotrado y empecé a leerlos, porque había seis. Eran cuadernos finos, normales, de grapa. Eran así porque no podían abultar mucho por el sitio dónde estaban escondidos. Estaban numerados y junto a ellos había un sobre con fotografías.
    
    Cogí el sobre y al sacar las fotos me quede estupefacto. Eran selfis, sacadas por ella misma frente al espejo de su habitación. Estaban impresas en papel de folio por lo que la calidad no era muy buena. Seguramente se las había descargado del móvil al ordenador y a la impresora para eliminarlas del teléfono. En todas estaba desnuda y lo que más me llamó la atención fue que en varias ...
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