Mi primera vez por dinero
Fecha: 05/10/2024,
Categorías:
Primera Vez
Autor: AlonsoLima, Fuente: CuentoRelatos
... genial esa idea, pues la ciudad me encantó.
Mientras hacíamos los preparativos para la boda, consiguió su empleo soñado en Cuzco. Nos casamos y al mes nos vinimos a vivir acá. Alquiló un lindo y amplio departamento a unas pocas cuadras de donde viven sus papás y empezamos nuestra vida juntos. Estaba feliz, muy enamorada. Nuestra vida sexual no era (ni es) espectacular, pero creo es suficiente. Al mes de llegar, luego de poner en orden nuestro departamento, empecé a trabajar. Como mesera en un restaurante turístico, que era lo que me gusta hacer.
A los 25 años quedé embarazada. A los cuatro meses de embarazo, la jornada de mesera se me hacía dura y renuncié. Mi esposo me apoyo. De hecho, trabajaba por mi propio gusto, no por necesidad, él ganaba como mínimo 10 veces lo que yo, incluidas mis propinas.
Nació nuestra hija. Y antes que cumpliera el año. Mi esposo quedó desempleado.
Al principio todo siguió igual. Lo tomó como vacaciones. A los 2 meses de desempleo, lo empecé a notar preocupado. A los 4 meses me preguntó si podíamos ir a vivir donde sus padres, para ahorrar. Acepté, es hijo único y la casa es enorme. De hecho, ya pasábamos mucho tiempo allí.
Cuando estuvo 5 meses desempleado, le dije que buscaría trabajo. Me sonrió y me dijo que le parecía buena idea. Fui al restaurante donde trabajaba, pero estaba copado, sin vacantes disponibles. Me recomendaron ir a un Irish Pub, donde había vacantes. Fui y había un puesto para el turno de mañana, de 8am a 2pm. ...
... Un horario con muy pocos clientes, y casi nulas propinas. Nadie lo aceptaba por eso. A mí me pareció genial. Mi suegra me podía ayudar por las mañanas con mi bebe y yo ya dedicarme a ella por las noches.
Como esperaba, el movimiento en el Irish Pub era mínimo. Turistas llegando a desayunar. Algunos a tomar unos tragos matinales. Trabajo descansado y, lo malo, de pocas propinas. Algunos, que se pasaban de tragos, a pesar de ser de mañana, me piropeaban discretamente o me decían cosas subidas de tono o incluso me hacían propuestas indecentes. No chocaba con ellos, pero tampoco les daba cuerda. Tengo un cuerpo que destaca en Cuzco, pues son muy nalgona y acá las mujeres son “planas”. Lo que me decían me subía la moral, más que molestarme.
Como a los 3 meses de trabajar allí, mi esposo seguía sin empleo. Un turista, que estaba ya una temporada larga por Cuzco, se hizo habitual, casi dejando un día iba a tomar. A mi zona. Un inglés de algo más de 50 años, fornido, siempre serio. Un maduro muy atractivo. Se tomaba dos o tres gin tonics y se iba tranquilo. Luego del segundo tonic, algunas veces, me decía algunos piropos, sobre todo sobre mis nalgas, pero nunca más. Me sentía cómoda con él pues no lo sentía invasivo.
En algún momento, luego de 3 gin tonics me propuso salir. Le dije que no, que le agradecía, pero no. Una semana después me lo volvió a proponer, ofreciéndome una propina de 100 dólares. Le volví a decir que no. Aunque necesitaba, y mucho, ese dinero.
Unos días ...