Macarra capítulo 6 - Relatos Eróticos

Macarra capítulo 6

Capítulo 6: Sebastián

Sebastián Albiar era un joven de 18 años, de metro setenta y tres, piel morena, cabello castaño recogido en rastas y ojos negros, muy atractivo, aunque con algo de sobrepeso. Trabajaba en una tienda de videojuegos para sacar un dinero para sus gastos, pero lo que deseaba era poder hacer la carrera de derecho, con una especialización en criminalística. Iba vestido con una camiseta de manga larga bastante holgada, pantalones vaqueros y unas botas. Llevaba una mochila con flores neón a la espalda.

Estaba llegando a la secretaría de la Universidad cuando casi se chocó con un hombre de unos veinte años con corte de pelo militar, vestido con una camiseta caqui de camuflaje, pantalones negros con muchos bolsillos y botas militares que iba corriendo a gran velocidad. Logró esquivarlo y siguió a lo suyo. En la secretaría había al menos una veintena de personas con diversos temas. Sebastián esperó y al llegar al mostrador saludó a un hombre alto, delgado, de cabello teñido de rubio de ojos verdes y piel ébano.

-Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarte?

-Traigo los documentos de inscripción, me dijeron que aunque hace una semana empezó el semestre aún podía presentarme, quise hacer los registros online, pero dijeron debía validarlo presencialmente.

El joven sacó una carpeta de la mochila, donde traía varios papeles, entre ellos el certificado de admisión, la inscripción al colegio, su cartilla escolar y otros tantos. Se los entregó al secretario, quien ...

... los consultó por encima, revisó algo en el ordenador y confirmó que todo estaba en órden.

-Perfecto, solo falta la ficha médica, el Decano considera muy importante para si se diera cualquier situación que deba ser tratada en enfermería.

Sebastián sabía que le iban a pedir ese dato, pero no lo había llegado a sacar pues en un impulso inconsciente algo le decía que para que querían conocer la salud de sus estudiantes cuando eso académicamente no era relevante. Pero el secretario que le estaba atendiendo le inspiraba una sensación de confianza que no podía describir, así que le tendió dichos papeles.

-Un segundo, que paso a hacer unas copias y ahora te lo traigo todo.

El secretario se levantó. Era alto, muy alto, casi dos metros veinte. Además era bastante delgado, y vestía un jersei de cuello cisne negro, vaqueros ajustados azules y deportivas blancas. Tenía un tatuaje de la Cruz de Jerusalén en la nuca. Sebastián lo miró sin tratar de disimular, pues le atrajo lo sensual que se veía. Se quedó mirándole el trasero, tan embobado que apenas disimuló. El secretario estaba de pie junto a la fotocopiadora, apoyado sobre esta, con el culo hacia atrás y moviendo la cadera de un lado a otro suavemente.

Se giró, a lo que Sebastián desvió la mirada rápidamente tratando de disimular, pero era tarde. El joven de pelo rubio y piel ébano se acercó con una media sonrisa.

-Acompáñame, vamos a hacer una visita al campus.

Le dijo mientras le tendía los papeles y guardaba las ...