Goldfish -1- - Relatos Eróticos

Goldfish -1-

... hicimos, en el transcurso de la conversación se desnudó metafóricamente confesando principalmente a Celia su conducta, que no era contra ella, sino para mantener la imagen que socialmente tenía y le convenía, pero que llevaba algo asi como una doble vida en la que se permittía todos los placeres sexuales que le pidiera el cuerpo, en eso estaba cuando la pillé en mi casa. Con respecto a esta situación le asombré portándome de la mejor forma que podría esperarse, con elegancia, sin perder los papeles, según me manifestó. Pues tú no lo fuiste menos, le contesté, te observé por la mirilla de la puerta, y ví como pausadamente te vestiste, mirando muy bien las bragas para ponértelas correctamente, ¡con clase!

Cuando empezamos a hablar de la exposición de esa mañana, Celia me dijo que antes de nada y ya que hablábamos de intimidades, iba a anotar en un papel el título del cuadro que sabía que me habia gustado más. Cuando lo tenía anotado, nos lo preguntó a Clara y a mí;Goldfisch, le contestamos al unísono, y nos enseñó el papel con ese título. Te conozco muy bien, me dijo y sabía de antemano que era ese el cuadro que más te gustaría, con diferencia. Casi imperceptiblemente hice como Elke un día: bajé las palmas de mis manos por las caderas por dentro de mis bragas, deslizándolas hacia abajo hasta quitármelas y se las entregué a Celia discretamente pero a la vista de Clara ¡toma, te las has ganado! las dos me miraron y se miraron sorprendidas sonriendo. Clara y yo comentamos lo ...

... que habríamos disfrutado posando como modelo para ese cuadro, a lo que Celia no respondió, su única reacción fue una breve reflexión en silencio.

Era un día radiante de sol, podríamos pasar el resto del día en la playa, me propuso Celia, ¿os gustaría contar conmigo? dijo Clara, ¡claro que sí, vente si quieres!, le dijimos las dos. Pagó Celia, y nos fuimos a casa, a cambiarnos de playa. Entre Celia y yo le dejamos toda la ropa, prefirió bikini a bañador, vestido y hasta un bolso. Cambió su ropa elegante de marca por otra más llevadera para la playa en la habitación de Celia, también nos pidió un minuto en el baño para desmaquillarse.

Como casi siempre, en cuanto llegamos Celia y yo fuimos a nadar un rato. "Tía Clara, ¿tenemos que esperar para hacer la digestión?, como me decías en tiempos". La contestación fué unas risas. Clara se quedó en la tumbona.

Cuando volvimos nos dijo que se iba a tumbar de espaldas, Mabel,¡ te importa ponerme loción protectora?, a ver si a estas alturas me voy a quemar. Celia me hizo un gesto que yo interpreté, como: "Ponle la crema como a mí me gusta" lo que significa "protección solar, masaje, ..."

Se puso en posición: boca abajo, brazos extendidos, piernas entreabiertas, con el bikini completo. Empecé por el cuello y los hombros, por la espalda le sugerí desatarse el sujetador, ¡de acuerdo, y si quieres me lo quito!, ella misma se lo quitó, y observé al hacerlo que no tenía ninguna marca, que tenía las tetas morenas, no dije nada y seguí ...