Negros de buen corazón y buena verga VI
Fecha: 22/10/2024,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Gays
Intercambios
Autor: Remaster64, Fuente: SexoSinTabues30
En la oscuridad de la noche, el viento soplaba mientras el ruido de pasos se escuchaba en la instalación militar, soldados caminaban haciendo vigilancia mientras de vez en cuando observaban hacía una casa de grandes ventanales en sus cercanías.
Sus pupilas brillaron apretando sus vergas erectas, luego continuaron su camino pensando en lo que habían visto.
Una voz infantil gimió entre los brazos de un hombre musculoso, cada parte del cuerpo adulto estaba tan bien delineado que desprendia una presencia sensual y erotica, su piel negra brillaba por el sudor mientras sus manos callosas agarraban con fuerza las piernas de su joven amante.
Compartieron un beso en donde sus lenguas danzaron y sus labios chocaron, sus respiraciones eran erraticas mientras las sábanas rojas caían de la cama.
A través de movimientos pelvicos la figura masculina de gran tamaño moldeó el cuerpo pequeño del niño, el vaivén de las caderas serpenteando hacía parecer que sus pieles se fusionaban.
«Sigue así, lo haces de maravilla» comento el adulto con voz grave, una descarga recorrió la ingle del joven al escuchar aquel tono tan dominante elogiarlo.
Estiró los pliegues de su culo amasando en su interior un pedazo de carne de enormes proporciones, cada centímetro de su ser había sido tomado por una verga que le quemaba por dentro, sintió las palpitaciones de aquella bestia recorrerle el abdomen, luego el glande se hincho hasta tapar los alrededores.
«¡Recibe toda mi leche!» Gruñó el ...
... adulto con voz cansada, semen fue liberado de su hombría hacia las profundidades de su amante, el pequeño se limitó a suspirar mientras acariciaba con sus dedos las gruesas manos del mayor.
Entrelazó los dedos notando la diferencia de tamaños, sintió un apretón y miró hacía atrás, el hombre que lo tenía sodomizado con su verga le sonreía con un brillo plateado de sus pupilas, se besaron acariciando el contorno de sus labios, saboreando sus bocas y jugando con sus lenguas, delinearon con parsimonia lo que cada uno tenía, disfrutando de la humedad que compartían.
Soltaron sus belfos retirando la saliva que se había escapado, luego el mayor observó como sus guardias entraban a su cuarto.
«General, le han solicitado su presencia en la sala de reuniones trescientos diez»dijo el hombre de bigote observando la escena.
Un adulto de cuerpo tonificado, incluso mayor que el suyo, de pectorales tan fuertes como murallas, abdominales de cinco pares, bíceps, tríceps, hombros y espalda de gran tamaño, con líneas profundas que se marcaban en su pelvis, tenía descansando una verga mostruosa qué devoraba el culo de un niño hasta que sus testículos peludos acariciaron sus tiernos gluteos, alrededor del menor dos piernas talladas en marmol negro le cubrían mientras las manos del general se entrelazaban con las del infante.
Aquellos ojos grises se fijaron en sus soldados, luego en el contorno duro de sus pantalones, una sonrisa seca adornó su rostro estoico soltando una de sus manos ...