El masajista segunda parte - Relatos Eróticos

El masajista segunda parte

Con el masajista mantuve varios encuentros en los que fuimos conociendo las perversiones de cada uno y a su vez en el que me había estado preparando para conocer a alguien que me introduciría en un grupo en el que habría mujeres.

El tipo este por lo que me decía el masajista era bisexual también dominante y maduro en los cincuenta y algo como yo.

El masajista yo habíamos estado tres veces más en las que yo fui su perra y ambos disfrutamos de buen sexo ahora aquella quinta vez el plan era conocer a su amigo y amante.

Manu que así se llamaba por supuesto ponía las condiciones, después de ducharme me tenía que colocar una venda en los ojos y completamente desnudo a cuatro patas en el centro del salón esperar que aquel llegase.

Masajista_ bueno aquí tienes a tu putita es complaciente obediente y a partir de ahora si te interesa es tuya.

En el salón no se oía ninguna voz pero sí podía intuir que alrededor mía se movía una persona, sentí como a pesar de tener las piernas algo separadas me obligaron a abrirlas más y me abrieron los cachetes de mi culo sin duda para ver mi ano.

También levantaron mi cabeza que estaba mirando hacia el suelo y me sujetaron los genitales como enseñándolos.

Después de aquel reconocimiento el masajista me hizo una pregunta.

Masajista_ contesta a tu nuevo dueño, prefieres comer su verga hasta corres en tu boca o que te folle bien ese puto culo de furcia.

La pregunta traía amiga a este hombre no le conocía no le veía no sabía ...

... quién era pero él sí había visto mi cara aunque fuese con una venda los ojos y me tenía que entregar a él sin condiciones ya que para eso me había estado preparando mentalmente.

Yo_ bueno puede hacer lo que quiera puede darme de comer su verga hasta correrse mi boca o follarme mi culo hasta que le apetezca correrse mi boca todo es cuestión de los deseos de mí nuevo amo.

Empecé a sentir como mi ano era lubricado y el traspaso de uno o dos dedos hacia su interior enseguida el apoyo de una verdad en mi esfínter y casi de unas tocadas la penetración hasta los huevos en aquel momento una verga se apoyaba en la comisura de mis labios y penetraba mi boca.

No me dio tiempo a quejarme sobre mi enculada ya que el espacio de mi boca fue ocupado sin ninguna duda por la verga de mi nuevo dueño y el masajista fue el que me dio la estocada hasta los huevos.

La follada era a ritmo cada vez que sentía la penetración de aquella verga mi culo con el empujón me tragaba la verga de mi boca el masajista paró varias veces sin duda porque mi estrecho culo oprimía su polla y les citaba más de la cuenta diez minutos después empezó a bufar Manu el hombre que me estaba follando la boca y al que no conocía ni siquiera su cara enseguida derramó una buena cantidad de leche haciéndome la tragar de continuo como si fuese un grifo.

Saborea hasta la última gota exprimiendo aquella verga hasta que él abandono mi boca momento en el que el masajista sacándola de mi culo se dedicó a echar toda su leche ...