El masajista segunda parte - Relatos Eróticos

El masajista segunda parte

... en mi cara para por último soltar las últimas cargas en esta en mi boca luego su lengua recorrió mi cara para fundirnos en un sabroso y lechoso beso.

Los dos hombres salieron del salón y debieron estar hablando en alguna de las otras estancias diez minutos después el masajista regresó al salón y me dijo que me quitase la venda.

Sentándose en el sofá me ofreció otra vez su verga para que lentamente se la mamase.

Masajista_ bueno a Manu le ha gustado tu entrega y tendrás un encuentro con algunos de sus amigos esto será con más tiempo y en cualquier caso de principio a fin tendrás que hacer todo lo que se te ordene si te crees preparada te mandarán un mensaje con día y hora, y yo te trasladaré.

La apuesta sin duda era de alto voltaje sabía que iba a haber hombres y mujeres pero a la vez tenía perfectamente claro que yo sería un instrumento sexual para aquellos y una auténtica sumisa porque era más o menos lo que se esperaba de mí.

El masajista en seguida se corrió en mi boca y por aquel día aquellos había acabado.

Justo el día siguiente un miércoles me instaba un mensaje en el que el día era el sábado y las cinco de la tarde simplemente tenía que contestar si tenía disponibilidad.

Una vez confirmada mi asistencia fue el masajista el que me llamó telefónicamente.

Masajista_ Bueno querida llegó tu día tendrás que venir a mi casa donde te prepararás y yo te llevaré al lugar de encuentro.

A las tres de la tarde estaba en casa al masajista en mi propia ...

... casa ya me había depilado y me había aseado solo faltaba vaciar mi intestino con una lavativa para dejar bien preparado mi ano.

Luego tenía varias conjuntos de lencería que me probé y todos me quedaban bien así que tenía que elegir uno de ellos y terminar de vestirme con una minifalda y una blusa como si fuese un uniforme con una corbatita.

Peluca y maquillarme fue lo siguiente y el calzado me veía realmente sexy a pesar de que ya mis años no me dan un estilismo de jovencita.

Sobre las cuatro y algo salimos de aquella casa montándome en un ascensor junto a él y bajando hasta el garaje pensando en que cualquier persona podría entrar o verme con aquella pinta sin ninguna duda se habrían dado cuenta que era un hombre.

Ya en el coche me puso unas gafas completamente opacas con las que no veía nada ya que quedaban cerradas a los lados.

Salimos de la población hicimos unos cuantos kilómetros dejamos la autovía y anduvimos por alguna carretera con subidas curvas y bajadas.

Cuando paró el coche él mismo me sacó de él y me introdujo en la casa donde podía escuchar voces tanto de hombres como mujeres sin poder identificar a nadie por mí ceguera total con aquellas gafas.

Me cogió alguien del brazo y me llevo desde la entrada a una estancia dándome cuenta que el masajista había terminado su labor.

Manu_ bueno aquí tenéis la putita creo que no os va a defraudar ya veis que la traemos ya preparada y que su comportamiento depende de que la llevemos a casa.

Aquello no ...