1. LA AMIGA DE MI MUJER


    Fecha: 06/11/2024, Categorías: Hetero Autor: andy, Fuente: RelatosEróticos

    ... Rosita.
    
    Esa semana no fui a atenderme con la masajista Mariela. Al fin llegó la pareja amiga y yo ya había destapado una nueva botella de whisky, trago predilecto del invitado.
    
    Nos ubicamos como lo habíamos hecho siempre y sentí una mirada lisonjera sobre mí, que obviamente no era de mi mujer.
    
    Empezamos el juego y yo puse los pies sobre el travesaño de la mesa, buscando el contacto. Nada, no sentía ni encontraba pie alguno.
    
    Miré a Rosita y esta se mostraba indiferente y hablantina.
    
    Pasaba el tiempo.
    
    Perdía las vueltas del juego y Rosita me tomaba el pelo. Hasta que por fin sentí un toque en mi zapato.
    
    En ese momento, su esposo me pidió más hielo para sus tragos y allí comprendí el motivo de la demora del contacto. Su esposo aún no estaba un poco “adormilado”.
    
    Presuroso traje más hielo y procedí a servirle un buen trago y otro más suave, para mí.
    
    Volví a mi puesto y para sorpresa mía, ya estaban los pies de Rosita esperándome. Se sacó los zapatos, comentando que le apretaban mucho.
    
    Siguió el juego y al rato, primero un pie y luego con ambos, Rosita inició a acariciarme los tobillos para ir subiendo por una de mis pantorrillas, levantando la boca de mi pantalón.
    
    Nuestros compañeros de juego no se daban por enterados, una por su normal indiferencia y el otro por su interés en el whisky.
    
    Mientras tanto yo gozaba calladamente y lograba una erección que era soportada por el entallado slip que usaba. Además, yo permanecí sentado en todo momento y ...
    ... al final, me quedé algunos minutos más que el resto, hasta que sentí que mi miembro se había tranquilizado.
    
    Sábado a sábado nuestros escarceos con los pies fueron incrementándose. Hubo veces que Rosita, haciéndose la cansada, se estiraba en la silla para alcanzar con sus plantas de los pies mi duro y abultado paquete, sobándolo lentamente, hasta que yo tenía que moverme para separarme y evitar eyacular allí mismo.
    
    Mis conocimientos tántricos fueron de gran ayuda y de gran gozo para Rosita. Sin embargo, nunca habíamos conversado sobre el particular y solamente habíamos cruzado miradas y sonrisas arrobadoramente cómplices.
    
    Yo estaba casi todas las noches de fin de semana a mil, mi mujer en la estratósfera y los ingresos económicos de Mariela aumentaban para aliviar la presión del de semen que mantenía en mi próstata.
    
    Hasta que un día de semana, al retornar del trabajo a casa, encontré a Rosita en animada conversación con mi esposa.
    
    Había venido a tomar lonche dado que su marido había viajado fuera de la ciudad por un par de días.
    
    Como se hizo tarde, la invitamos a cenar y ella consintió con la condición que la lleváramos a su casa.
    
    Mi mujer aceptó diciendo que para eso estaba yo. Nos quedamos conversando los tres normalmente hasta cerca de la media noche.
    
    Habíamos probado hasta tres diferentes “pousse” café.
    
    Ella estaba con su falda negra y la blusa roja con la que la conocí.
    
    Había sido la animadora de la conversación, no sé si por los diferentes ...
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