1. Fantasía en la cordillera: se hizo realidad


    Fecha: 08/11/2024, Categorías: Confesiones Autor: frankafka1980, Fuente: CuentoRelatos

    ... milímetro de ese manjar que me ofrecía Martina entre sus piernas, saboreando esos labios carnosos de su sexo, después toma mi pene entre su mano se lo pone ella misma en la entrada de su vagina y después de untar algo de saliva en mi glande, la empujo toda dentro de ella.
    
    Sentía como sus labios se abrían al entrar una y otra vez mi verga dentro de ella, desde arriba veía su cara de gozo mientras mi pelvis se movía en cada penetración, me salgo y Martina me vuelve a tomar el pene y esta vez me lo apunta más abajo de su vagina.
    
    -lo quieres por el chiquito, eso quieres- le murmuro para que no escuchen fuera de la tienda-
    
    Esta vez echo más saliva en mi glande, lo pongo justo en la entrada de su ano, y lentamente me voy introduciendo, cuando la cabeza está ya dentro, en un movimiento rápido se la meto toda adentro.
    
    -escucho un “Aughh”, un gemido de dolor, pero a la vez de placer, le pregunto si le duele un poco, Martina no me responde. Por lo que prosigo bombeando mi verga dentro de su culo, se siente tan apretadito –siento cada contracción de su ano sobre mi verga- sentir como su culo se abre en cada embestida de mi pene es un placer indescriptible.
    
    -quieres que te llene el culo de leche- le digo mientras no paro de penetrar su culo apretadito.
    
    -sí, llénamelo, me responde Martina. Acelero mis movimientos, la penetro más rápido una y otra vez, queriéndole romper ese culo en cada penetración, hasta que siento que el clímax se aproxima y no aguanto más y mi semen ...
    ... se derrama dentro de su ano, dejando en cada eyaculación toda mi leche dentro de ella.
    
    Quedamos tendidos un rato en la tienda, descansando un poco de esta oleada de placer. Recogimos la tienda y tomamos una micro de regreso a Santiago, nos quedamos cerca de una estación de metro, ya era las 9 de la noche, pero aún no habíamos terminado.
    
    Llegamos a un motel cercano para seguir lo que empezó en la cordillera. Entramos a la habitación, no era lujosa pero espaciosa y limpia. Me di una ducha para limpiarme un poco del sol y la arena de la cordillera, me recosté en la cama mientras Martina hacía lo mismo.
    
    Cuando la veo salir desnuda del baño, su silueta a contraluz, veo la curva de sus tetas y sus nalgas, lucía hermosa. Se mete a la cama me toma el pene en sus manos para luego agacharse y meter mi verga en su boca, pasaba su lengua por debajo, desde la base hasta la cabeza, haciendo que mi erección crezca.
    
    Siento como su lengua pasa por mis bolas, las lame, las chupa, juguetea con ellas en su boca, para luego volver a meter mi pene en su boca y mamarlo de forma deliciosa.
    
    Ya era mi turno, me bajo de la cama, la tomo de tus tobillos y la halo al borde de la cama, por dos segundos la admiro acostada, desnuda, Abro mi boca queriendo tragarme toda su vulva, saboreando sus labios húmedos.
    
    Me encanta el olor y sabor de su panocha, paso mi lengua por su clítoris, noto lo rosado que está –el olor de Martina se ha vuelto un afrodisiaco para mí- mordisqueo un poco los labios ...