1. Lame rico, chupa delicioso y traga saboreando


    Fecha: 08/11/2024, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    ... sabiendo que el corazón no se va a rendir y, más temprano que tarde, explotará con consecuencias impredecibles”.
    
    - “Y en qué quedaste?”
    
    - “Decidí no decidir y que el destino marque el rumbo”.
    
    - “Entonces estamos en la misma situación aunque por distinto motivo, no decidí por miedo a enfrentar las consecuencias”.
    
    - “A qué hora llega mi hermano?”
    
    - “Cerca del mediodía y necesito tu ayuda. Quiero pintarme las uñas de los pies y esta panza, aún pequeña, me incomoda. Lo harías vos?”
    
    Por supuesto que acepté, y al verla con el camisón suelto que le llegaba a medio muslo, supe hacia dónde me iba a llevar el destino en cuyas manos me había puesto. Sobre la mesa, al lado del café estaban los enseres para la tarea a encarar.
    
    - “Vamos que no tengo toda la mañana, después te hago otro café”.
    
    Y pasando a la acción se sentó sobre la mesa dándome frente.
    
    - “Para que durante el secado no se corra el esmalte por algún rozamiento poneme entre los dedos un rollito de algodón que los separe”.
    
    Y comenzó mi tortura pues, corriéndose hacia atrás, puso un pie sobre la mesa. Lógicamente, con la rodilla levantada, todo el muslo quedó a centímetros de mi cara aunque el camisón tapaba la entrepierna, dando por resultado una dolorosa erección de mi miembro. Realizar la tarea en el otro pie hizo que la tuviera de frente, con las rodillas levantadas y separadas haciendo que su bombachita asomara debajo del ruedo. Con toda suerte mi pulso se mantuvo firme y pude terminar ...
    ... prolijamente.
    
    - “Ahora preciosa, inevitablemente, un rato de espera hasta finalizar el secado. La paciencia es parte del proceso”.
    
    - “Sí, pero tener los brazos estirados para sostenerme cansa, mejor me acuesto”.
    
    Cuando su espalda tocó la superficie de madera el ruedo del camisón se ubicó en la cintura. Un extraño que presenciara la escena podría creer que estaba en presencia de un ginecólogo iniciando la revisión de una paciente.
    
    - “Lo que veo me hace acordar al momento de la ecografía, pero esto es mejor por amplio margen”.
    
    - “Me imagino cómo estarás”.
    
    - “Te cuento o querés ver?”
    
    - “Ni lo uno ni lo otro, con lo que palpé ayer tengo suficiente”.
    
    - “Con la mano yo también acaricié, pero ahora quiero ver”.
    
    - “Está bien, pero sin tocar, porque se descontrola todo”.
    
    - “Te juro que hago a un lado la tela que cubre y dejo la mano quieta”.
    
    El panorama era ciertamente maravilloso, la conchita que tenía en frente estaba en justa proporción a su dueña, pequeña, delicada y sin vello pubiano.
    
    - “¡Qué es eso!”
    
    - “Un beso en tu conchita”.
    
    - “Me mentiste al decir que no me ibas a tocar”.
    
    - “No mentí, te dije que después de correr la bombacha iba a dejar la mano quieta, además esa divisoria levemente entreabierta, brillando por el jugo que la baña, y el capuchón asomando en la parte superior indicando excitación, es una tentación imposible de superar. Ante tamaña belleza lo menos que se puede hacer es darle un beso”.
    
    - “Te agarré, ahora sí me estás ...
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