1. Definitivamente, el ser seminarista no era su destino….


    Fecha: 09/11/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Gays Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    ... es verdad, que la primera vez que te di por el culo cuando estabas bien borracho, también es cierto que te gustó mucho que lo hiciera, ya que moviste tus nalgas, gemiste y chillaste como una chica, con tanto gusto, y placer, que no me queda la menor duda de que gustó bastante.”
    
    “Y cuando te pusiste a mamar, si no lo hubieras querido hacer, no lo hubieras hecho, pero lo hiciste, y muy bien, por cierto.”
    
    “Y cuando te di por el culo la segunda vez, con decir que me detuviera, o pararte de la cama hubiera bastado, pero no, en cambio te quedaste acostado boca arriba, y con tus piernas bien abiertas, esperando que yo te lo volviera a meter, A ver dime si no es verdad”.
    
    Él no supo responderme, al tiempo que me le acerqué, y dándole otro beso, y abrazo, seguí diciéndole. “Tú, y yo sabemos que te gustó, que no lo quieras aceptar ahora es otra cosa, pero dime la verdad, ¿te gustó?”
    
    A lo que él algo avergonzado me respondió que sí, esa noche se quedó durmiendo conmigo en mi cama, pero en la mañana se despertó al sentir que nuevamente lo estaba penetrando, lo que continué haciendo, sin que me dijera que me detuviera.
    
    De la misma manera que cuando nos estábamos duchando, lo puse nuevamente a mamar mi verga, lo que hizo hasta hacerme venir dentro de su boca, y tragarse gran parte de mi leche.
    
    Antes de salir de mi casa, me dijo en ese momento, que todo eso fue a causa de lo mucho que él había bebido, y que jamás volvería hablar conmigo.
    
    Pero apenas anocheció, ya se ...
    ... encontraba tocando la puerta de mi casa, ya que como sus padres no regresarían por lo menos en dos semanas, me dijo que decidió que bien podía aprovechar ese tiempo antes de entrar al seminario.
    
    Al verlo de inmediato lo hice pasar, y tras darle un enorme beso, le dije. “Te tengo una sorpresa sobre mi cama, así que te la pones, a ver qué tal te queda”.
    
    Él sin idea de lo que podía ser, rápidamente entró a mi cuarto, y se encontró sobre mi cama, un sencillo conjunto, de falda y blusa, acompañados por un set de ropa íntima femenina.
    
    De momento me dio la impresión de que se molestó, pero casi de inmediato, como que le dio algo de curiosidad por ver cómo le quedaba.
    
    Así que, tras cerrar la puerta se quitó toda su ropa, y sin perder tiempo se puso todo, incluso hasta la ropa íntima, y unas sandalias que hacían juego con el conjunto.
    
    La cosa es que al verse al espejo, quedó asombrado, ya que con su abundante y larga cabellera, y con esas ropas puestas, parecía realmente una chica.
    
    Apenas salió de mi habitación me dijo que “No sé cómo reuní el valor para salir de la habitación, así vestido”. Al verlo, le dije que se veía linda y bella.
    
    Pero cuando me dio las gracias, de manera exageradamente femenina, le dije. “Trata de hablar de manera más normal, sin esforzarte tanto”, lo que, sin cuestionar mi consejo, comenzó hacer de inmediato.
    
    Por lo que, desde ese momento, cada vez que venía a visitarme a mi casa, se vestía como una chica.
    
    Para luego yo comenzar a ...