1. Viaje de hermanos Ana, Juan y yo (hermanos-hermana)


    Fecha: 14/11/2024, Categorías: Incesto Autor: luisfa60, Fuente: CuentoRelatos

    ... el suyo en ese agujero precioso, mi delicada hermana estaba recibiendo dos al precio de uno y por los gemidos y gritos de placer lo hacía de buen agrado, en realidad no pude saber cuántos orgasmos tuvo, pero fueron varios.
    
    Cuando ya estaba por descargar yo, mi hermano paro y me pregunto.
    
    -¿culo, vos o yo?
    
    -Por favor que sea Erik, la tiene más pequeña.
    
    Sin saber que hacer ¿reír o llorar? cambiamos las posiciones , Juan lubrico con una crema que tenía yo en mi mesa de noche, tanto el esfínter de mi hermana como mi miembro (era la primera vez que un hombre tocaba mi verga) luego de poner muchísima crema la dilato suavemente con sus dedos y acerco mi pene a ese agujero tan deseado por la gran mayoría de los hombres, debo reconocer que me deje llevar por la excitación del momento y lo introduje todo de golpe, provocando un grito de dolor a mi hermana, pare en seco y me quede quieto.
    
    Pasados unos minutos dijo.
    
    -Ya está, para la próxima hacelo con más cuidado animal, ahora espero que me cambies ese dolor por placer.
    
    Comencé bombear muy suavemente, que bien se sentía el culo Ana, la lubricación excesiva hacia todo más rico. Juan comenzó, con un poco de dificultad a introducir su aparato en la vagina.
    
    Para que la danza sea perfecta cuando uno salía el otro entraba, esta vez el que primero lleno las entrañas de Ana con su ...
    ... semen, fui yo, ella acuso recibo del líquido gimiendo como loca, lo que hizo acabar a Juan también, y ella nuevamente comenzó a temblar, en este punto creo que es su manera de avisar y expresar sus múltiples orgasmos.
    
    Rendidos por el esfuerzo quedamos todos recostados de lado en la cama por un rato pequeño.
    
    -Me voy a dar un baño, miren como me dejaron.
    
    Al levantarse, tenía semen en el pecho, tanto de su culo como vagina salía nuestro fluido a borbotones, quedando como muestra las manchas en el piso.
    
    Al otro día al levantarnos hablamos sobre lo sucedido, convenimos que ninguno tenía culpa de haberlo hecho, la pasamos bomba y lo que vendría sería mejor, nuestro secreto de hermanos.
    
    Los días y noches restantes, Ana “dormía” un día con uno y otro día con el otro, lo hicimos solos en la pileta y también los tres juntos, en casi todas las habitaciones de la casa, en realidad donde se nos venía en ganas, la verdad no sabíamos con Juan, ni se nos había ocurrido ni pasado por nuestra mente lo sexual que era nuestra hermana.
    
    De regreso a casa siempre encontrábamos alguna ocasión para tener sexo, tanto mi hermano como yo, cuando queríamos estar los tres juntos íbamos a un hotel.
    
    Cada vez se hicieron más frecuentes las escapadas a la casa de campo de nuestros tíos, nuestros padres felices que, como hermanos, nos lleváramos tan bien. 
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