Lucia, compañera de trabajo y algo más - Relatos Eróticos

Lucia, compañera de trabajo y algo más

... sofá.

Como dos quinceañeros en un cine se sentaron en el sofá a besarse aprovechando la oscuridad de la sala y las hormonas revolucionadas. Juan no sabía cómo actuar, Lucia había dado el primer paso, pero estaban en el trabajo, en un despacho con la puerta abierta y para empeorar la situación, con la hija del jefe. Eso mismo pasaba en los palacios europeos tres siglos atrás y si te pillaba el marqués, el duque o el rey o te casabas con la princesa o te cortaban la cabeza.

Fue Lucia la que al ver que Juan no actuaba llevo la voz cantante, cogió una de las manos de Juan que estaba muy paradita y se la llevo a su pecho, no solo eso, sino que se abrió la blusa, quitándose tres botones para que pudiera meter la mano y sentir la piel y la carne de sus pechos. Juan ante eso no se quedo quieto, empezó a meter los dedos por debajo de los aros del sujetador intentando encontrar el pezón.

Lucia se dejaba hacer, le gustaba la sensación de estar con Juan, pero no sabía hasta donde llegar. Eran dos adultos y posiblemente los dos sanos, pero en ningún momento había planificado eso. Estaba casi segura de que en el edificio habría seis personas como mucho, pero y si eran siete y la que no contaba con ella era su padre o alguna de sus hermanas, no sería la primera vez que iban a por ella para sacarla del trabajo.

Esos pensamientos se nublaron cuando una mano de Juan se acercó al botón de su pantalón, sus manos tampoco habían parado quietas, había notado que Juan estaba muy bien ...

... dotado y tenía ganas de ver lo que tenía oculto en los pantalones, pero también tenía miedo.

Miedo que se le pasó, al notar los besos por el cuello, y es que era algo que la desarmaba por completo, eso y morderle los pezones y Juan estaba bajando por el cuello hasta el canalillo.

Aún no tenía a su disposición los pezones, pero Lucia tenía claro que estaba más caliente de lo que pensaba y que no había vuelta atrás.

Se despego de Juan quien se sorprendió un poco, pero en seguida se repuso cuando Lucia le tomo de la mano y le dijo que fuera con ella. Lucia nunca había hecho eso en la oficina, pero si que se había imaginado esa misma situación con un compañero que le atraía, casado y nunca había habido nada más que en sus sueños, y en esos sueños sabia que tenia dos opciones, o la sala de las fotocopiadoras, o podían encerrarse o su baño. La sala estaba a escasos veinte metros, pero había que salir al pasillo y había cámara, así que no era plan ir hasta allí, con la ropa medio quitada y cogidos de la mano.

Abrió la puerta del aseo de su oficina, era su baño personal. Tenía un aseo con mueble, un espejo y un Wc, se metieron y cerró la puerta. Empujo a Juan al W.C. y le dijo que se sentara, mientras ella se iba quitando los zapatos y el pantalón.

Juan hizo lo mismo, iba a quitarse la camisa, pero Lucia le dijo que no lo hiciera, mientras ella sí que se la abrió, para quitarse el sujetador que tenía aprisionadas esas dos tetas de tamaño mediano, pero muy suaves y bien ...