La amiga de mi madre nos visita de nuevo - Relatos Eróticos

La amiga de mi madre nos visita de nuevo

... penetración.

La escena que tenia ante mi era genial, viendo como ambas mujeres se tocaban. La amiga acerco la cara a la de mi madre, sin soltar el pecho que seguía acariciando y entonces iniciaron un tremendo morreo, jugando con sus lenguas mientras ambas gemían. Eso hizo que ya no soportara más y acelerando el ritmo me corrí abundantemente dentro de mi madre que quedo sentada con mi pene dentro de ella. Las dos mujeres seguían con su beso y ahora sentí como la mano de su amiga jugaba también con el clítoris de mi madre. Era realmente excitante y morboso, casi imposible de imaginar, pero real, totalmente real.

Ayude a mi madre a tumbarse a mi lado, boca arriba. Ella seguía sintiendo su excitación y jadeaba lentamente. Entonces le pedí a su amiga que se acercara y se colocara entre sus piernas para lamer su vagina y los restos de mi eyaculación que empezaban a salir. Ella no se hizo de rogar y se coloco de rodillas y se sujeto a los gordos muslos abiertos de mi madre lamiendo con fuerza. Mi madre abrió los ojos y se sorprendió de ver a su amiga en esa posición.

― ¿Has visto que buena amiga? A ella también le gusta darte placer.

Mi madre tenia los ojos abiertos como platos, mostraba la mezcla de sorpresa y de placer que le daba su amiga. Yo aprovechaba de nuevo para lamer esos enormes pechos que tanto me gustan y besarla, jugando con nuestras lenguas.

― Me encanta verte disfrutar como te mereces ― le dije ―. Y me excita mucho saber que tengo que ver con ...

... ello.

La amiga de mi madre lamia con ganas, y pude ver como se metía una mano entre sus piernas masturbándose a la vez que seguía lamiendo los abundantes fluidos de mi madre.

Salí de la cama, y colocándome de rodillas en el suelo, metí mi cara entre las piernas de la madura, apartando su mano y lamiendo con fuerza, con un dedo metido en su vagina entrando y saliendo, hasta que note como se corría abundantemente con sus líquidos en mi boca, que trague con enorme placer. Mi madre con tal limpieza también se corrió con fuerza soltando más fluidos que su amiga bebió con pasión.

― Madre mía que suerte tengo ― les dije ―. Dos mujeres tan ardientes y cachondas. Yo creía que era un pervertido por tener ideas sucias, pero veo que no soy el único al que le gustan ciertas cosas.

― Yo no creía que fuera a poder chupar una polla ― respondió la amiga totalmente excitada ―. Y menos aún terminar por chuparle el chichi a una mujer. Y reconozco que las dos cosas me excitan. Debo de ser un poco lesbiana sin saberlo.

― Dímelo a mi ― mi madre la sujetó de los brazos y la hizo acercarse a su cara para besarla ―. Yo era una mujer muy tímida y ahora me siento liberada. Tampoco había probado las cosas que han pasado. No imaginaba estar con una mujer y que me gustara, como también me dio miedo cuando mi hijo me la metió por el culo y he de decir que me gusto, y me ha gustado repetirlo después.

La amiga me miro ahora con sorpresa.

― ¿Le has dado por el culo a tu madre? ― su lenguaje era más ...