El Príncipe y la Periodista 15 - Las Tribus 1
Fecha: 25/11/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: jessmartin, Fuente: TodoRelatos
... hace algo más de un año en uno de los clubs BDSM que ocultos a la gente existen en Los Ángeles y esos recuerdos no tardan en llegar a mi mente.
Acabo de regresar hace un mes de Tailandia, y estoy centrada en uno de los reportajes de moda y sociedad que me gusta hacer para relajarme, al fin y al cabo quien no quiere pasarse las noches de fiesta en elegantes mansiones, conocer a actores y actrices famosos, y acabar todas las noches follándose a uno o a dos de ellos.
Me he ido de la fiesta en la que estaba con Tom, un joven actor de moda por protagonizar varias películas de superhéroes. No es la primera vez que nos escapamos juntos, por eso cuando después de corrernos por primera vez, mientras nos relajamos en el jacuzzi para una segunda ronda, no me sorprendo mucho que me proponga usar cuerdas y látigos en esa segunda ronda.
“No me gustan esos juegos;” le digo sin más.
“Lo siento Rose;” se disculpa un poco avergonzado. “Pensaba que como ahora está de moda entre las famosas todo esto del bondage y los juegos de esclavitud a ti también te gustaría.”
Me quedo un poco sorprendida, y me excito todavía más.
“No me gusta que me aten, me gusta tener el control;” le digo colocándome encima de él, llevando su polla a mi coño, montándole salvajemente en el mismo jacuzzi.
Una semana después de esa noche estoy en una mazmorra de un club de Los Ángeles, vestida con un corse, botas y guantes de cuero rojo, guiando por una correa a un desnudo y encapuchado Tom, resulta ...
... que cuando hablaba de jugar con cuerdas era para que le atase a él.
En cuanto entro en la mazmorra no puedo evitar sonreír, tengo el reportaje del año delante de mí, dos de las más prometedoras actrices del momento, ídolos de adolescentes gracias a sus series de Disney Channel, sobre todo en la que se dieron a conocer juntas, están atadas y desnudas delante de mí.
“Siéntate y no hagas ni digas nada;” me dice una voz. “Controla a tu mascota, si hace algo malo serás tú quien reciba el castigo.”
Miro al hombre que me habla, no me había fijado en él al entrar en la mazmorra, pero ahora que lo tengo delante me resulta imposible dejar de mirarle: es alto y tengo que levantar la cabeza para mirarle a los ojos, es tremendamente guapo, y eso que el antifaz que cubre su rostro no deja apreciarlo en su totalidad, aunque resalta todavía más sus atrayentes ojos azules.
Bajando la mirada por su cuerpo me encuentro un pecho cincelado y musculoso, aunque no en exceso, y un elaborado tatuaje de la cabeza de un león, voy a dirigir mi mirada a su entrepierna cuando su voz vuelve a sonar.
“Si te gusta lo que ves y quieres probarlo solo tienes que desnudarte, hay sitios libres;” me dice. “Puedo manejar a tres sumisas, y si no viendo como tu sumiso mira a Zendaya, no creo que le importe ayudarme.”
Me siento de inmediato sin hacer y decir nada, dispuesta a contemplar el espectáculo, esperando no excitarme más de lo que ya estoy.
El Maestro como me ha dicho que tengo que llamarle, ...