1. El sueño de Martha


    Fecha: 15/12/2024, Categorías: Incesto Autor: WastedYears, Fuente: CuentoRelatos

    ... hijo, que no le quitaba la vista a sus tetas que danzaban con el movimiento de su pelvis. Se habían acoplado perfectamente y habían aumentado el ritmo, acariciándose lentamente en la oscuridad. Martha no pudo evitarlo y bajó una mano hasta su entrepierna, que palpitaba húmeda debajo de la prenda. El flujo viscoso se estaba pasando a sus muslos y al sentirlo hundió un dedo dentro de su vagina. La sensación de su interior junto con los gemidos de su hermana y su sobrino hicieron que se corriera apenas lo empezó a mover. Fue un orgasmo breve pero intenso que para nada sació sus ganas, reiniciando el movimiento de su mano casi al mismo tiempo que su sobrino embestía a su madre por el culo.
    
    Durante su juventud, Constanza había tenido una figura envidiable, pero después del embarazo, no pudo recuperarse y subió bastante de peso. No era mórbida, ni mucho menos, pero el sobrepeso había aumentado todas sus tallas considerablemente. Sus pesados pechos se miraban firmes, pero ya con un ligero declive. Sus nalgas, grandes, redondas y con un poco de celulitis, eran masajeadas ávidamente por su sobrino, que no reparaba en ello en absoluto conforme le propinaba sentones y arremetidas.
    
    Miraba los brazos fibrosos de Benjamín sujetar el cuerpo de su hermana con fuerza y eso la excitaba todavía más. Metió la mano debajo de la camiseta y acarició sus pequeños pechos, haciendo círculos con los dedos en sus pezones, duros como piedras. Los apretaba y jaloneaba conforme recorría con la ...
    ... mirada el cuerpo grueso y atlético de su sobrino, que le encantaba presumirlo cada vez que podía. Metía y sacaba uno y dos dedos en su empapada cavidad sin dejar de ver el acto incestuoso de su hermana y su hijo. “¿Cuánto tiempo tendrán así? ¿Él habrá seducido a su propia madre?” Se preguntaba imaginándolos en otras situaciones a escondidas de su cuñado. Entonces, Benjamín aceleró el paso y los gemidos de su madre se hicieron más cortos y agudos.
    
    —Mamá, me voy a correr…—gimió sin soltarle las tetas. Ella se inclinó, apoyándose en su pecho y empezó a mover las caderas como desesperada.
    
    —¡Lléname, lléname, lléname! —Le respondió entre resoplidos y moviéndose más rápido, hasta que su hijo gruñó y se quedó quieto. Chorros de semen empezaron a brotar de su culo abierto al tiempo que su madre gemía tapándose la boca con ambas manos, pero sin dejar de moverse sobre él. Martha también se corrió y por poco deja escapar un gemido, que muy probablemente habría sido opacado por los de su hermana, cuyo orgasmo pareció durar una eternidad. —No la saques todavía, Benji. —Le dijo sobándose los pechos y jalando sus pezones. Su sobrino le acariciaba el vientre y movía ligeramente la pelvis.
    
    — Que buena estas, mamá.
    
    —¿Te corriste otra vez? —Preguntó Constanza divertida, aun con el pene de su hijo en el culo.
    
    —Me vine mucho, teníamos rato ya… —Su madre se inclinó sobre él y, por el movimiento de su cabeza, se dio cuenta de que lo besó. El sonido de sus labios la delataron. Martha ...
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