¿Qué eres mi qué? - Relatos Eróticos

¿Qué eres mi qué?

... función-

Yo no pude decir nada, la noticia era brutal, al ser yo el jefe, era también el enlace entre los demás integrantes, y el asesor, en este caso, asesora, tendría más contacto con ella, eso me la puso dura, pero tenía que controlarme, y antes de salir de ese lugar, ya se me había bajado. Y así pasó el semestre, Érika y yo nos volvimos más unidos, tanto así que fui el único al que le dio su teléfono para ponernos de acuerdo fuera de la escuela, pero a pesar de todo, nunca pasó nada entre nosotros.

Ahí me di cuenta de que ella era una mujer muy inteligente, centrada, estricta, y bien aterrizada, y sobre todo, algo estricta con lo que tenía que ver con la escuela, pero también relajada y bastante accesible con respecto a la organización de lo que haríamos para la graduación, nos dio temas e ideas que eran muy acertadas, y gracias a ello, fuimos quienes ganaron para que se llevara a cabo la temática de nosotros.

El final llegó, nuestro proyecto para calificarnos fue el mejor, y en ese caso, salimos con la mejor nota, ya solo faltaba la fiesta de graduación, donde gracias a Érika, la temática de noche de oscares que nosotros propusimos, fue la ganadora, así que todos teníamos que ir vestidos como si fuéramos a una gala de Hollywood, cuando llegué, me sorprendió ver a las chicas con vestidos de noche, ajustados y de diferentes colores, todos los hombres de traje o esmoquin, pero todos guapos, los seis maestros y seis padres de familia que estarían a cargo de ...

... vigilarnos para que no nos pasáramos de listos, iban igual, Érika sería una de ellos, pero todavía no llegaba.

De los doce adultos responsables esa noche, destacaban las mujeres, las dos maestras, Leticia, la de deportes, una madura cincuentona, con buen cuerpo, delgada, de piel canela, cabello largo hasta la breve cintura que tenía, y chino, unas piernas bien torneadas y largas, unas tetas pequeñas, pero que se decía que te cabían perfectamente en las manos, pero lo que más destacaba de ella, era su enorme, duro y firme trasero que tenía, por lo general, como siempre traía pantalón de deportes, no se notaba mucho, pero la noche de la graduación, se había puesto un vestido rojo, ceñido, de arriba abajo, y que dejaba ver la inmensidad de sus curvas, con unos zapatos de tacón alto, y poco maquillaje, la verdad es que nunca aparentó su edad, tú la veías, y fácil le echabas menos de cuarenta.

La otra era Claudia, maestra de historia, una mujer de treinta y pocos, alta, delgada, de cabello castaño, ojos color miel, labios gruesos, y cara de quinceañera, pero cuerpo de tentación, unas tetas grandes y firmes, vientre plano, piernas largas y bien formadas, y un trasero casi tan grande como el de la maestra Lety, igual de firme, o eso se creía, ella sabía lo que tenía, y lo que provocaba en los chicos a los que le daba clase, y siempre se ponía ropa que resaltaba sus atributos, pero sin llegar a ser algo vulgar, y esa noche no fue la excepción, pues se había enfundado en un vestido sin ...