Todo lo que perdí y lo que me pasó por envidioso
Fecha: 17/12/2024,
Categorías:
Gays
Infidelidad
Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30
Todo lo que perdí y lo que me pasó por envidioso…
Desde que llegué a la residencia estudiantil, me encontré con varias situaciones que no llegué ni tan siquiera a pensar que pudieran suceder.
Pero ahí estaba yo dándole por el culo a uno de mis compañeros de la residencia, lo cierto es que, en mi vida, por lo menos hasta que me fui a estudiar al colegio universitario, jamás le había comido el culo a otro chico, y bueno la verdad es que tampoco a ninguna chica.
Por lo que cuando al llegar ese día a la residencia, antes de entrar a mi habitación, decidí pasar por la habitación a saludar a uno de mis compañeros, por lo que apenas le toqué la puerta, entré.
Cuál no sería mi sorpresa, al encontrar lo que al principio pensé que era toda una chica en ropa íntima, dentro de la habitación de mi amigo.
Yo me quedé asombrado al verla, semi desnuda, de pie frente a un gran espejo, casi de inmediato ella, rápidamente hizo que yo cerrara la puerta, haciéndome señas de que me quedase en silencio, colocando uno de sus dedos, frente a sus rojos labios.
Fue cuando comencé a darme cuenta de que la tal chica, en realidad era mi compañero de residencia.
Que estaba usando pantis y sostén, además tenía todo su larga y abundante cabellera completamente suelta, por todo su desnudo cuerpo no se observaba ni un solo bello, ya que además de tener las piernas, brazos, y pechos depilados, también sus axilas lo estaban.
En ese momento, le pasó el seguro a la puerta, y sin dejar de ...
... hacerme señas de que no fuera a gritar, se me acercó.
En un tono de voz bien bajo, casi inaudible, me dijo. “Por lo que tu más quieras no digas nadas.”
Yo no salía de mi asombro, cuando finalmente reconocí a mi amigo, en ese momento me siguió diciendo, yo hago lo que tú quieras, pero por favor no hagas ningún alboroto, ni le cuentes al resto de los chicos que me encanta vestirme de mujer.
Yo continuaba sin salir de mi asombro, cuando prácticamente se arrodilló frente a mí y con una pasmosa habilidad, me bajó la cremallera del pantalón, y seguidamente extrajo mi mustia verga, para de inmediato dedicarse a mamarla.
La verdad es que eso me agarró de sorpresa, y como en mi vida jamás me habían mamado mi verga, yo me quedé sin hacer ni decir nada.
Así que a medida que me fue lamiendo y chupando toda mi verga, y mis bolas, él hizo que yo tomara asiento en su propia cama, mientras seguía mamando toda mi verga, pasando su lengua por todo el tronco, de mí ya erecta verga, y entre ratos chupándomela divinamente.
Lo cierto es que, hasta esos momentos, mi mayor experiencia sexual se limitaba a masturbarme ocasionalmente, viendo alguna de las viejas revistas porno, que me había traído de casa.
Pero a medida que él siguió mama que mama, prácticamente sin que yo me diera cuenta, me soltó la correa de mi pantalón, y tras sacarse mi verga de su boca por un corto momento, me bajó los pantalones, y mi interior.
Para de inmediato seguir mamando, con su cálida y húmeda boca ...