PRUEBA DE FUEGO -La africana culona y el santurrón
Fecha: 18/12/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: GataMojita, Fuente: TodoRelatos
... seguiré a su iglesia-
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Genaro siente que juega con ventaja, ya que hace años que no tiene una triste erección. No confía plenamente en Noma, pero su honradez no depende de él. Se reafirma en sus actos sabiendo que, cómo más dura sea la prueba, más glorioso será su triunfo.
“Solo está en mi mano cumplir mi parte y por Dios que soy capaz de mover montañas para conducir a mis ovejas por el camino del buen pastor”
Tras un leve chasquido lumbar al levantarse, sigue la voluptuosa silueta trasera de su exótica anfitriona a través de un pasillo que se oscurece a cada paso, abandonando la luz del salón. El andar de Genaro es lento, temeroso y, aunque intenta sobreponerse, lo que le espera al otro lado de la puerta del baño le da miedo. Eso le agudiza los sentidos y hace más notorios los detalles de ese escenario desconocido que le hace sentir muy lejos de casa:
Las baldosas de piedra antigua, los estropeados marcos de las puertas turquesa, la textura del blanco roto en las paredes…
Empuja levemente la puerta de madera y aparece, frente a él, una amplia estancia iluminada, intensamente, por la luz natural que entra por las grandes ventanas del techo. No hay azulejos modernos, todo es de piedra y mármol. Se ve antiguo pero limpio y ordenado. Noma está de pie, ya dentro de la bañera. Aún lleva puesta su breve vestimenta que defiende, a duras penas, el honor de sus partes más íntimas.
Sostiene la alcachofa de la ducha en una mano y, con la otra, comprueba la ...
... temperatura del chorro acuático. Cuando está bien caliente, empieza a mojar su ajustada camiseta blanca de tiras, la cual no tarda en trasparentar, tiñéndose con el tostado color de su cuerpo a modo de segunda piel. Presenciando los femeninos gestos de esa culona mojada, Genaro empieza a dudar de su propia nulidad sexual, y augura una dura lucha.
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-Venga, señor Genaro, ¿se quita la ropa o quiere se moja?- con una sonrisa inocente.
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No puede permitirse mojar su traje. Piensa en terminar con el asunto cuanto antes, y empieza a desnudarse bajo la curiosa mirada de aquella desinhibida joven. Se siente extraño. No recuerda la última vez que su desnudez tuvo público. Aunque no tiene ninguna intención de impresionarla, no puede evitar sentir vergüenza por el pasivo estado de su miembro arrugado.
Mientras sus pasos lo aproximan a ella, mira, humildemente, hacia arriba para observar el despejado cielo azul, y ora para lograr salir victorioso de tan dura prueba.
Parece que Dios haya manejado el destino para que aquella desvergonzada chica centroafricana se encontrara en un ático, y así poder contemplar, desde primera fila, ese duelo a través del techo acristalado.
Aquella leve sensación de frio empieza a desvanecerse en cuanto sus pálidos pies se sumergen en la cálida y espumosa agua, aún con escasos centímetros de profundidad.
La chica se acerca a él hasta que su proximidad hace más notoria su corta estatura.
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-¿Por qué usted tan alto?- pregunta a modo de ...