Un árabe me da leche en la calle - Relatos Eróticos

Un árabe me da leche en la calle

... Vi como se frustraba y seguia caminando.

Entonces fue cuando mi calentura se apoderó de mi e hice algo que jamás antes había hecho. Pensé que estaría volviendo de fiesta y si está solo, y no acompañado de una jovencita con el vestido demasiado corto por arriba y por abajo, quizás iba tan caliente como yo. Me di la vuelta y le dije "oye!". Se dió la vuelta y me acerqué a él. Creo que se ilusionó pensando que le iba a dar dinero. Me quité los auriculares y de la manera más brusca le dije: "¿Te apetece una mamada?". Él creo que no entendió bien y le volví a decir: "Te apetece que te haga una mamada?". Ante mi sorpresa él calló dos segundos, me miró y dijo: "pagas 5 euros?". No hablaba bien español.

Yo: No, te estoy diciendo si te hago yo a ti una mamada

Él: Si me das 5 euros

Yo: No te voy a dar dinero, te estoy ofreciendo hacertela yo

Él: Tu tienes 5 euros seguro. Mama y das 5 euros.

Nos metimos al hueco de la puerta de un garaje que estaba justo al lado y le dije.

Yo: No te voy a pagar, si quieres te la mamo ahora y te vas de aquí descargado. El que se corre eres tú. Tu verás

Mientras le decia esto le miré de cerca a los ojos y le sobé el paquete por encima del chándal. Noté carne blanda pero no lo suficiente para sacar ninguna conclusión. Su boca olía a chicles de melón o sandía. Mi polla en ese momento se puso dura a reventar.

Él: Venga, solo 5 euros

Yo: No, lo siento. Si no quieres nada. Chao

Empecé a caminar otra vez y a los dos segundos me ...

... dijo

Él: Vale, tu mama.

Sonreí y me dí la vuelta y volví hacia él. Le volví a agarrar el paquete y nos metimos a un recodo entre el garaje y el portal del edificio donde estábamos. Se empezó a tocar el paquete por encima del chándal y yo aproveché para ponerlo contra la pared y acercarme a su cara. Me encantaba el olor del chicle. Le intenté besar y se apartó. Le cogí la cara y le metí la lengua. Se resistió un poco. Jugue con mi lengua y cuando se intentó separar intenté coger toda la saliva suya que pusiera con mi lengua para traermela a mi boca. Estaba a punto de reventar de lo caliente que estaba yo.

Él: No beso, tu chupa polla

Sonreí y le dije: "Vale, a ver esa polla". Me puse de rodillas. Por una milésima de segundo pensé que el suelo estaba asqueroso, pero me dió igual. Me iba a meter la polla de un desconocido en la boca, que más da que se ensucie el pantalón. Jugué durante unos segundos a tocarle por encima del chándal. Ahora si que estaba tomando forma su polla, y lo que se intuía me gustaba. Le bajé el chándal y los calzoncillos como si nada. La polla que vi me hizo la boca agua. Tendria unos 18 cms y era gordita. No era una exageración como las que todo el mundo se inventa en los relatos, pero para mi en aquel momento era la mejor polla del mundo. Tenía el pelo púbico cortito y rizado también. Sin pensarmelo dos veces le pasé la lengua por la punta. Él no hizo ningún ruido, seguía apoyado en la pared con la cadera hacia fuera y la polla a 2 centímetros ...