Silvia - 6 - Relatos Eróticos

Silvia - 6

Me faltó tiempo para llamar a Irene y decirle que el Doctor, me había dado el visto bueno, que podía decirle el Si Quiero, me calme y tras un paseo por los jardines de la ciudad, pensando en lo que sería a partir de ese momento mi vida, sonreía, veía la vida de otra manera, veía a niños jugando y me estaba viendo a mí misma, paseando con un coche de bebe, y un niño de la mano, de sentarnos en un banco y darle la merienda a aquel niño, un señor se acercaba, el niño corrió hacia el gritando papa.

Era la imagen de Henry, me venía a buscar, paseábamos con nuestros hijos por el parque y de repente, desperté de ese sueño que mi mente me hacía ver en el futuro, quise llamar a Henry y darle el sí, pero me pareció que era demasiado precipitado, espere a la cita que solíamos tener a media tarde, me llamaría para quedar y entonces, sería el momento, efectivamente, a media tarde me llamo para quedar y le dije que me apetecía cenar fuera de casa, quedamos que a las 9 me recogería, iríamos a cenar y después si me apetecía a bailar, le conteste afirmativamente.

Toda la tarde me la pase pensando en nosotros dos, en nuestro futuro en nuestras vidas y en el futuro que queríamos.

Tras una ducha, busque en el guardarropa algo especial para la ocasión, no encontraba nada adecuado, Tras mucho revolver encontré algo que me podría sacar del apuro.

A las 9 en punto, Henry hacía sonar la bocina de su coche indicándome que había llegado, salí corriendo me acerque a él y le di un beso en la ...

... boca, me supo a poco, no quería despegarme de él me subí al coche y al entrar le dije.

- Henry, te quiero, tenemos que hablar, pero no en el coche, cenemos primero.

- Como quieras cariño, tu mandas, estoy a tu disposición.

Al llegar al restaurante, el guardacoches se hizo cargo del de Henry, tenía una mesa reservada y había escogido el menú, unas ostras, una vichisua y un solomillo Strogonof, de postre fresas con chocolate. Para beber un vino de España, de la Ribera del Duero.

Durante la cena, me conto de sus negocios, de las operaciones que había conseguido que le supondrían unas ganancias de cifras de seis dígitos o más.

Fue en un momento que la conversación se pauso cuando le dije.

- SI QUIERO , Henry,

- No te entiendo Silvia que me quieres decir,

- Que contesto a tu pregunta del otro día, SI QUIERO CASARME CONTIGO. Te pedi que esperases que te daría una contestación, lo pensé mucho y comprendí de que me quieres, y yo a ti por eso quiero pasar el resto de mi vida contigo, porque te amo.

En eso, el pequeño conjunto musical, que daba un tono romántico al local comenzó a tocar la marcha nupcial y el resto del público al vernos de pie y besándonos empezaron a aplaudir.

Henry, llamo al metre y en tono secreto, mando servir una copa de Champagne a todos los clientes, al mismo tiempo que en nuestra mesa se descorchaba una botella de Moet Chan don, y el metiendo una mano en su bolsillo saco una pequeña caja y dándomela me dijo.

- Con este presente ...