1. La casa en la playa 13


    Fecha: 24/03/2018, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... Clemente sino de Dolores. Allá estaban sus padres, sus amigos... y Silvia, su novia. Cuando terminó la secundaria decidió venir un verano a probar suerte a San Clemente con su novia para hacer unos pesos y costearse la facultad. Una amiga de ella les prestó el depa de los padres y ahí se pasaron de diciembre a marzo, culeando a lo loco por supuesto. Lucas enseguida consiguió laburo en la pizzería, y su novia en una casa de ropa. Pero abril se vino con toda la lluvia, Silvia no se bancó más la monotonía y el frio de San Clemente fuera de temporada y se tuvieron que volver. Al año siguiente Silvia no quiso seguirlo, discutieron y terminaron la relación. Ya el depa de la amiga no estaba disponible, así que alquiló un sucucho espantoso pero barato a 25 cuadras de la playa, una mezcla de rancho y casita, con techo de chapa, ventanas chiquitas, piso de cemento y baño elemental en un terreno grandote, alambrado viejo por los cuatro costados y media docena de eucaliptos inmensos. En la pizzería lo esperaban, así que el laburo estaba asegurado. Laburaba de lunes a domingo, sin parar, ya que la temporada estaba a full y el gallego le pagaba my bien las horas extras. En la pizzería laburaba también Antonio, un chico de Madariaga que venía por la temporada. Alto, trigueño, de sonrisa franca y hablar campechano, pueblerino y abundante. Enseguida se hicieron amigos. Como la pizzería cerraba de 3 a 6 de la tarde y de ahí seguía hasta las 2 de la mañana, había que usar la tarde para ...
    ... descansar un rato y pegarse una ducha para estar fresco para el servicio de la noche. Como la casa de Lucas estaba lejos, Antonio lo invitó a que viniera a dormir la siesta a su departamento, que estaba bastante cerca de la pizzería. Lucas aceptó feliz. Había una sola cama y el calor en el depa era infernal, por lo que ambos chicos dormían en bolas o casi, en la misma cama, pero todo bien, nadie pensaba en nada raro, o casi. Lucas comenzó a mirar con interés a su amigo y a llenarse de sensaciones sugestivas, no es que pusiera los ojos en él con morbo, pero en esas casi tres horas casi en bolas todos los días, era imposible no mirarlo. Antonio tenía un cuerpo bellísimo, musculoso, fuerte, pecho y piernas velludos, una pija gorda y cabezona perdida en un matorral negro brillante y un culo bien masculino, macizo y casi sin vellos, como su espalda, que era perfecta y grande. Cuando llegó marzo se acabaron los horas extras y las propinas se cayeron como calzón de puta. El alquiler del depa era caro y Antonio estaba pensando en volverse a Madariaga. Lucas pagaba mucho menos por su casita lejana, pero también le costaba pagar, por lo que se le ocurrió proponerle a Antonio que se viniera a vivir con él y pagaban el alquiler y los gastos a medias. Antonio aceptó de inmediato y así un domingo de fines de marzo mudaron todas sus cosas en la chata del gallego al rancho del lejano oeste donde vivía Lucas. La semana siguiente la pizzería iba a estar cerrada por vacaciones - ahora que había poco y ...
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