El Cuñado 2 parte 3 - Relatos Eróticos

El Cuñado 2 parte 3

... Sofía giraba la cabeza para escuchar algo que le decía el chaval.

Beto pasó nadando a mi lado con el cuerpo sumergido como una especie de foca.

_Me parece que el nene le está haciendo el verso a la peque_ dijo Oscar

Ahora Sofía le estaba hablando al chaval, no podía escuchar lo que decía.

_ ¿Les has contado?_ dije aprovechando que Beto estaba lejos

_Nah , un caballero se calla esas cosas_ dijo él, pero me pareció totalmente fingido.

_Beto ¿le escribiste a la bruja?_ dijo este a su hermano

_Si y le mandé fotos, se quería morir Gracielita_ dijo Beto

_Graciela es la esposa_ me dijo

Beto se acercó a nosotros pero yo seguía prestando atención a mi esposa y el niño que seguían hablando animadamente.

Beto de cerca tenía el rostro con muchas arrugas y el pelo canoso espeso y reluciente.

Le calculé más de cincuenta fijo.

_ ¿Sois muchos hermanos?_ dije

_Siete, mi hermana Silvia tiene 63 es la mayor, luego la Pochi, Rulo otro hermano después vengo yo, después Coco, después Cacho y la Teresa que son los más chiquitos_ dijo Beto

_ ¿Y Oscar?_ dije yo

_Cacho_ dijo Beto, como si no hubiese más nada que explicar

_En mi familia me dicen Cacho_ dijo Oscar

Sofía seguía recostada en la tumbona, conversando con Nicolás, el chaval se había sentado en la suya, en su vientre se marcaban las tabletas de sus abdominales, se estaría dando un banquete mirando los pechos de mi esposa.

_ ¿Entonces tu qué edad tienes, Beto?_ dije

_Cincuenta y seis, ...

... le llevo siete a Cachito_ dijo

_Yo no tengo hermanos_ dije

_Uy que cagada_ dijo Beto

Sofía seguía conversando con el chico, con Nicolas o Nico como le decían Oscar y Beto

_Che Betito decile al nene que con la tía no_ dijo Oscar y me guiñó un ojo

Estuvimos en esa falsa situación hasta que Oscar y Beto salieron de la piscina y entonces Sofía se metió en el agua.

Ella comenzó a nadar sin darles importancia, como ignorándolos, pero los tres hombres tirados al sol en las tumbonas seguían las brazadas que daba con expectación, parecían lagartos al sol, viendo cómo se refrescaba una gacela.

Con cuanto deseo la miraban, comencé a sentir un dolor en el pecho y a sentir que me faltaba el aire, era demasiado morboso.

Salí de la piscina, mi esposa me miró con sorpresa.

Me sequé con una toalla y subí por las escaleras, pasé por la terraza, sabía desde que habitación podía ver todo sin ser visto. Caminé descalzo por ese pasillo, mis pies dejaban una huella húmeda en el suelo.

Entré en la habitación vacía y fresca, llegué hasta la ventana, aparté un poco las cortinas.

Ahora Sofía estaba de pie secándose el pelo con una toalla y hablaba algo con Oscar, los tres hombres seguían en las tumbonas, que tensión sexual se podía percibir.

De pronto ella sonrió, forzadamente tal vez pero lo hizo.

El más joven se acercó a ella, mi esposa volvió a sonreír y ahora negaba con la cabeza.

De pronto una música comenzó a sonar, apenas la podía percibir desde donde ...