5 sentidos - Relatos Eróticos

5 sentidos

... decía cosas al oído. No tengo ni idea de lo que estarían hablando, pero ambos se reían. Seguí observándoles un rato y no vi nada más, salvo que siguieron hablando lo mas bien. En un momento dado, tomy le dijo una cosa al oído de mi madre que hizo que ella riera, hace tiempo que no lo hacía no me acordaba de su bella risa y dándole un suave golpe a modo de reproche, como si mi amigo hubiese hecho una broma picante.

Me moría de curiosidad de no saber de qué se reían, pero decidí no darle bola... al fin y al cabo mi madre parecía que estaba de buen humor. En una hora y media tomy había conseguido más que todos los amigos y familiares de mi madre en un año y medio...

Poco después salí del agua y volví con ellos. No parecía que hubiese interrumpido nada, y estuvimos charlando varias horas. Ellos contaban chistes, así que pensé que igual por eso habían estado riéndose tanto.

Cuando se puso el sol nos fuimos de la playa. Mi madre y yo volvimos a nuestro piso a ducharnos, y Gonzalo se fue al suyo a hacer lo propio. Como se había quedado solo, quedamos en que se viniese a cenar con nosotros. Y así lo hizo; estuvimos cenando y lo pasamos muy bien. Tan bien que estuvimos de sobremesa hasta pasadas las dos. Había sido un gran día, me sentía aliviado al ver que al menos parte de la madre había tenido año y medió atrás seguía ahí.

La mañana siguiente fuimos a la playa, la tarde se desarrolló de forma parecida a la anterior: estuvimos los tres hablando tranquilamente mientras ...

... tomábamos el sol, y después me fui a nadar solo, ya que una vez más mi madre y mi amigo prefirieron quedarse sentados en las toallas.

Al igual que la tarde anterior, estuve nadando hasta alejarme bastante de la costa y tardé un buen rato al regresar. Cuando me acerqué de nuevo a la orilla vi que tomy y mi vieja se habían metido en el mar. Estaban riendo y jugando a echarse agua el uno al otro. Creo que era la tercera vez en los diez días que llevábamos acá que mi madre se bañaba, y desde luego era la primera vez que jugaba en ella; tomyhabía logrado otro avance.

Al acercarme a ellos, mi madre me tira agua, invitándome a que me uniera a sus juegos. Lo pasamos bien, jugando en el agua, riéndonos, recordando anécdotas de otros veranos... fue otra buena tarde. El resto del día fue prácticamente idéntico al anterior, cenamos juntos en nuestra casita y estuvimos largas horas de charlar hasta que tomy se fue.

Cuando fuimos a la playa la mañana siguiente, los tres nos metimos directos al agua. Estuvimos un rato nadando y jugando como habíamos hecho el día anterior, hasta que me puse a tomar el sol un rato y me volví a mi toalla. Ellos se quedaron jugando en el mar mientras yo los observaba. Noté algo diferente. Había más complicidad entre ellos que en los días anteriores. Ya no sólo se tiraban agua, sino que también se hacían ahogadillas, se lanzaban uno sobre otro, tomy se puso su malla hasta la rodilla olgada de color negro con un dragón dorado y mi vieja con un jeans rosa ...