1. Compañero de piso lesionado


    Fecha: 10/01/2025, Categorías: Gays Autor: Garion de Riva, Fuente: TodoRelatos

    - Tío, estoy en el hospital que he tenido un accidente, ¿puedes venir a buscarme porfa? ¿…Hola? ¿Estás ahí? –insistió puesto que yo había quedado en shock y no respondía.
    
    - Sí sí, claro, perdona –contesté al teléfono tras salir del estupor inicial-. Me cambio y salgo para allí. Pero… ¿qué ha pasado?
    
    Hacía ya dos semanas de aquella llamada tan repentina. Mi compañero de piso, Cristóbal, había tenido un accidente con la moto y le habían tenido que ingresar debido a las contusiones que se llevó. Por suerte las más graves eran sólo dos fracturas, una en la muñeca izquierda y otra más leve en el codo derecho. Cojeaba ligeramente y tenía varios hematomas también, pero nada importante. El principal problema era que las dos escayolas le inutilizaban ambas manos por lo que pasó a ser totalmente dependiente, apenas podía comer solo al principio.
    
    Pese a que lo normal en esta situación hubiera sido que volviera temporalmente a su casa para estar más cómodo y tener más ayuda, hacía ya años que se había mudado de su ciudad natal para estudiar en Barcelona y esa opción no era viable. Así que no me quedó otra que ser su asistente.
    
    Nos conocíamos desde primero de carrera y en seguida nos hicimos buenos amigos; imposible no reírse con su espontaneidad y la forma tan natural que tenía para restarle seriedad a las cosas. El tío es un buenazo, un cachondo y un pícaro, en ese orden. No dudamos un momento en irnos a vivir juntos cuando vimos la oferta hace año y medio, y nos va genial ...
    ... la verdad, no hemos tenido ninguna discusión y pese a nuestros horarios tenemos el piso en buenas condiciones.
    
    En otro orden de cosas, él fue la primera persona a la que expliqué que soy bisexual, y desde el principio se mostró muy abierto y curioso sobre el tema, aparte de bromear constantemente sobre ello. Un día me hizo ponerle un video porno gay para ver qué me molaba, aunque admitió que no le excitaba en absoluto (y nada en su pantalón mostraba que mintiese, por desgracia). Precisamente porque sabe que me gustan los chicos también no me esperaba que al llegar del hospital lo primero que hiciera fuese pedirme ayuda… para mear.
    
    - ¿Qué dices tío? ¡Apáñatelas tú sólo!
    
    - Sólo necesito que me ayudes con los pantalones y los gallumbos, me duele mucho la muñeca y yo solo no puedo.
    
    - Está bien, pero sólo la ropa –le contesté mirándole mal. Le acompañé al lavabo y me dispuse a desnudarle de cintura para abajo. Aunque ya lo había visto desnudo muchas veces en vestuarios e incluso en casa porque nos teníamos mucha confianza, estaba nervioso. Le desabroché el cinturón, y tuve que acercarme a él para bajarle el pantalón hasta las rodillas, agachándome hasta quedar su paquete a la altura de mi cara. De un tirón le bajé también los bóxer blancos y rápidamente me levanté, nervioso. No obstante no perdí detalle de aquél enorme rabo que colgaba flácido sobre un par de grandes y peludos huevos, ni de cómo se balanceó tras liberarlo.
    
    Cristóbal se sentó en la taza y antes de que ...
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