1. Cuando me tiré al profesor de la uni


    Fecha: 11/01/2025, Categorías: Hetero Autor: DominusBleatus, Fuente: TodoRelatos

    ... erección es brutal y veo el reborde del glande marcadísimo como una seta. Tiene los huevos pesados. Sus piernas son fuertes, musculosas y con un poco de vello. Bajo la cinturilla y poco a poco emerge un pollón de tremendo tamaño. Tendrá unos dieciocho o diecinueve centímetros pero es el ancho lo que me llama la atención. Es enorme. Y aún no la tiene dura del todo, aunque está surcada de gruesas venas. Este tío me va a partir en dos si no voy con cuidado…
    
    Bajo los calzoncillos hasta el suelo y subo por sus piernas mis manos hasta alcanzar su pubis. Mi mano izquierda toma su polla, gruesa, venosa, que acaba de hincharse y de subir, triunfante. La acaricio una, dos, tres veces, despacio, en todo el recorrido que la tensa piel me deja. El capullo es enorme y ya tiene líquido transparente y denso, como el de mi coño, en la punta. La mano derecha sube algo más y aunque no tiene abdominales marcados, sí disfruto de un cuerpo trabajado que ha desnudado tirando la camisa al suelo. Lo miro una vez a los ojos, me relamo dejándole ver todo lo que me brillan los labios.
    
    —Es muy grande profesor… ¿puedo… puedo metérmela en la boca? ¿Te la puedo chupar? —le pregunto en un calculado y sumiso hilo de voz.
    
    —Sí…
    
    —¿Sí? —me vuelvo a relamer, mi mando aferrando con más fuerza la polla, el capullo pegado a mis labios. Respiro profundamente y exhalo.
    
    —Ufff… sí, puedes… puedes chupármela…
    
    «Eres mío» pienso.
    
    Abro la boca y saco la lengua para lamer despacio desde la base de la ...
    ... polla, ampliando la lengua todo lo que puedo, bien ensalivada, hasta llegar al frenillo y presionarlo con la punta de la lengua. Respira trabajosamente. Lo desea. Pero le voy a hacer esperar.
    
    —No podía resistirme, profe… necesitaba… necesito esto —le digo suavemente. Tengo los labios hinchados y ensalivados y digo cada palabra con su glande jugoso sobre ellos, como un micrófono.
    
    Y vuelvo a recorrer el tronco de su polla con la lengua. Las venas trazan unos relieves increíbles y eróticos solo de pensar que todo eso va a estar dentro de mí. Mi mano derecha sopesa sus testículos, pesados, cargados como los siento. Está depilado, detalle que agradezco. Así que lo hago, me lanzo. Masturbo su polla más y bajo un poco la cabeza para que me vea meterme uno de sus huevazos en la boca. Cuando lo tengo atrapado entre los labios, gimo, y él vibra entero, como si le hubiera transmitido la onda. Lo suelto, dejándolo caer y paso al otro. Lo lamo, sopeso y me lo meto en la boca, todo eso sin dejar de masturbarle. Su polla da uno o dos respingos de emoción. Escucho la humedad de su punta… más húmeda se te va a quedar ahora, majo.
    
    Tras chuparle el otro testículo, me aparto.
    
    —Siéntate en el sofá… ponte cómodo. Deja que tu alumna te atienda, profe…
    
    —No… no digas eso… yo no…
    
    —Pero es lo que es, profe. Soy tu alumna aplicada. Soy tu alumna chupapollas. Soy la que se toca bajo el pupitre cuando te das la vuelta. ¿Quieres saber cuántos orgasmos he tenido en tus clases…?
    
    »Si eres ...
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