Los obreros frente a mi casa v - Relatos Eróticos

Los obreros frente a mi casa v

... una y otra vez, mientras el se agarraba a mí cabellera empujando su polla dentro de mi garganta y haciendo que prácticamente toda su verga me entrara hasta los huevos. Alguna que otra arcada me supuso sentir su pollón totalmente dentro de mi boca, a veces me costaba respirar, mis babas impregnaban su pollón, el solo que gemia, jadeaba, me decía lo rico que se lo hacía, lo bueno que lo estaba disfrutando, pero esta vez el encargado queria ir a mas, no solo iba a descargar en mi boca, queria probar mi trasero......

- ohhhhhh.... joderrrr.......joderrrr.....tío si sigues me corro ........ufffffff, que bueno, para tío......paraaaaa.....

- que pasa capitán, que poco aguante no?

- que cabron eres, sabes que eres una buena mamona y que deslecharias a cualquiera en varios minutos, jejeje, pero hoy quiero probar ese culazo que te gastas cabroncete.....si quieres claro.

- y como no iba a querer.....estás tardando ya.

Fue oírme y agarrarme por los sobacos, me alzó y regiro a la par con fuerza, tiro de mis pantaloncillos del pijama hasta abajo, sentí sus manos gruesas atrapar mis nalgas, mientras varios azotes me hicieron sentir la fuerza de sus palmadas, mi culo enrojeció y ardió en ese mismo instante, pero de pronto oí varios lapazos que hecho en sus manos, después cómo separo mis nalguitas y sin protocolos ni avisos el cabron clavo uno de sus dedos en mi ojete. Aquel imprevisto me hizo gritar, retorcerme, pero a Tobías poco le importo, siguió follandome con aquel ...

... dedo mientras con los otros continuaba acariciando mi ano, su otra mano estrujaba mi nalga, mientras de vez en cuando la atizaba una nalguetada fuerte y seca que me hacia gimotear de dolor.

Fueron unos minutos duros, dolorosos, pero que tenía asumido que tenía que pasarlos para que poco a poco aquel primer dolor empezara a convertirse en placer, su dedo ya solo me hacía que suspirar, que gemir, movia mi trasero buscándolo imperioso para que no dejara de follarme con el, Tobías noto que quería algo más grande, que su dedo, que este ya había dejado de ser suficiente para hacerme gozar y fue cuando agarró su vergota derramó un chorreton de su saliba entre mis nalgas, después otro por su verga pretendiendo lubricar ambas zonas, y sin más dilación, sentí como su pollón iba entrandome bruscamente y sin remilgos. Me apoye con fuerza a la pared, sentía mi esfínter dolorido, cerré los puños, apreté mi boca y dejé que Tobías metiera todo aquel pedazo de rabo dentro de mi, hasta el fondo, hasta notar sus huevazos rebotar casi sobre los míos.

Sus manos entonces se agarraron a mis caderas, dejo unos segundos de cortesía y después empezó a bombear su polla de dentro a afuera una y otra vez, sentía como mi ano se abría y cerraba, como aquella verga me partía en dos, dolía un poco, pero no era mi primera vez ya sabéis, sabía que poco a poco el dolor desaparecería, y así fue. El encargado empezó a culearme con más fuerza, suspiraba, gemía, mi polla estaba a reventar, la agarre y empece a ...