1. Andre


    Fecha: 23/01/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: Montes Federico, Fuente: CuentoRelatos

    ... rato paré y empecé a masajearle la cola. Ella la sacaba más como ofreciendomela. Le metí la mano para tocarle la conchita con los dedos y noté que estaba totalmente mojada. Me acerqué a su oído y le pregunté.
    
    - “¿Te gusta que te pegue así?”
    
    - “Me encanta papi, tratame como a una puta”
    
    La agarré del brazo, la obligué a pararse, saqué mi verga, la agarré del pelo y sin miramientos la lleve de prepo para ponerla de rodillas hasta que tuvo la cara frente a mi chota.
    
    - “Chupá esa verga putita y hacelo bien. Si no te voy a tener que castigar”
    
    - “Si dire, lo que diga”, respondió y empezó a mamarme con ganas y deseo. Era evidente que la situación de ser dominada la ponía a mil. Yo la mantuve agarrada del pelo y la llevaba a mi antojo.
    
    - “Poneme los labios como si besaras que te voy a coger la boca”
    
    Hizo lo que le indiqué y se aguantó las embestidas de mi pija en su boca, cerrándome los labios de tal manera que parecía una conchita cuando la penetraba. Le empezaron a brotar lágrimas y empecé a hacerlo más lento, le separé la cara y le pregunté
    
    - “¿Te hace mal?
    
    - “No papi, soy tu putita y mi boca es para que la cojas toda. ¿Te gusta como te chupo?”
    
    - “Si, bebé, quiero que la chupes así hasta tragarte mi leche, oíste?”.-
    
    - “Lo que mi papi diga su putita lo ...
    ... hace” y volvió a tragarse mi chota una y otra vez hasta que estallé llenándole la boca de leche. Se quedó con la pija adentro y la acarició con la lengua y después la fue chupando fuerte hasta dejarla limpia. La sacó y la lamió toda. Me miró con una sonrisa y preguntó:
    
    - “Estuvo bien tu putita o merece que la castiguen” con la cara reluciente, contenta y feliz.
    
    - “Estuviste muy bien. Pero igual, si tengo ganas, te voy a dar unos cuantos chirlos más tarde. Ahora vení”.
    
    - “Cuando quieras papi, me gusta ser tu putita. Me gusta como me tratás, así de fuerte.”.
    
    La puse de pie y empecé a desvestirla, acariciándola entre medio y dandole chirlitos. Cuando quedó desnuda, le hice dar una vuelta para mirarla bien. Una figura delgada y preciosa, tetitas paradas con unos pezones duros, colita redonda y firme. Y una carita hermosa de nena feliz y satisfecha con ojos de deseo y lujuria. Un manjar. Me saqué la camisa, los zapatos y las medias, me acosté y le ordené que me desvista.
    
    - “Para que veas que estuviste bien, te voy a dar un premio. Pero tenés que lamer esa pija hasta ponerla dura.”
    
    Sin decir nada, me sacó los pantalones y el boxer y se dedicó a mamar hasta que logró revivir mi pija. No fue difícil. Ver a esa nena totalmente entregada a mi me calentaba a más no poder. 
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