Encuentro a mis hijas muy unidas
Fecha: 27/01/2025,
Categorías:
Incesto
Lesbianas
Autor: Arthur12, Fuente: SexoSinTabues30
Mi nombre es Nancy, tengo 38 años y a pesar de mi edad me conservo bastante bien, delgada por el yoga y buenas curvas, me gusta como me veo, pero la gente no me cree cuando les digo que tengo 2 hijas; Laura, de 19 y Liz de 17; las 3 tenemos el cabello castaño oscuro y ojos cafés. Las tuve a una edad temprana, cuando recién comenzaba la universidad, sin embargo, eso NO me impidió concluir con mis estudios en Arquitectura, gracias al apoyo que recibí de mis padres. El padre de mis hijas hizo su mayor esfuerzo, según él, ya que nunca tuvo trabajo y se la pasaba mendigando dinero con sus amigos y conocidos, a día de hoy no se como me enamore de él siendo un bueno para nada. En fin, después de que laura cumpliera 6 y Liz 4, se fue y me dejó una carta diciendo que se había enamorado de otra. Más que enojo o frustración, sentí alivio, un niño menos al cual cuidar, no lo volví a ver.
Los años siguientes fueron agridulces, entre el crecer de mis niñas y el amor que nos teníamos y las dificultades económicas y de salud, dado que mi padre falleció pocos días después del cumpleaños 12 de Laura en un accidente y lo siguió mi madre a los dos años debido al cáncer. Perder su apoyo, sumado a que nunca fuimos gente de dinero nos dejó en una crisis, puesto que mi trabajo apenas era suficiente para pagar las cuentas y comer. Así fue hasta que conseguí un mejor puesto y las cosas mejoraron para las 3.
Lau y Liz siempre fueron una niñas muy hermosas, sumado a que son muy inteligentes, pues ...
... eran de las mejores en sus respectivas clases, esto me llevó a pensar que tendría que lidiar con un mar de chicos tras de ellas a partir de su adolescencia, pero no fue así, así que dejé de darle tanta importancia. Aun así, hacía lo posible por guiarlas y explicarles cuanto pudiera de las relaciones y los cuidados que tenía que haber. Las cosas marchaban viento en popa.
Fue cuando cumplí 37, que las cosas comenzaron a cambiar, pues notaba ciertos comportamientos de mis hijas que me inquietaban. Salían seguido en las noches sin permiso, hablaban en susurros, se encerraban en sus cuartos; cosas que antes no pasaban, pero suponían eran normales para chicas de su edad, en más de una ocasión se mostraron nerviosas y sin verme a la cara, como si quisieran decirme algo, pero no lo hacían y yo no las presionaba, nunca faltó la confianza y les dejaba en claro que podían contar conmigo para lo que necesitasen.
Todas las respuestas me llegaron un viernes por la tarde, cuando regresaba del trabajo más temprano de lo usual, al entrar a mi casa, que antes era de mis padres, escuche ruidos en el piso de arriba, supuse que mis hijas estaban viendo una película o algo por el estilo y subí sin prisas. Fue hasta estar junto a la puerta del cuarto de Lau que distinguí con precisión los gemidos. Me asuste pensando que estaría con algún chico y que le pasaría lo mismo que a mi. Instintiva e imprudentemente abrí la puerta un poco para ver que ocurría, invadiendo la privacidad de mi hija, y lo ...