1. Jorge y Alejandra


    Fecha: 27/01/2025, Categorías: Confesiones Autor: MartinyMarcela, Fuente: CuentoRelatos

    ... futuras odontólogas y Dante un vecino y amigo de toda la vida, cuando ellas al hacer sus compras se despidieron y se fueron me gesticuló lo buenas que estaban y yo asentí con la cabeza.
    
    Dante me confesó que las dos se ganaban un dinero "extra" trayendo tipos a su departamento. Es decir se hacían de clientes que se las cogían y les pagaban por los favores sexuales y así Vero y Ale solventaban sus estudios y el alquiler.
    
    Mucho no le creí pues Dante siempre fue un charlatán. Decidí ignorarlo pero empecé a darle la razón cuando en un par de oportunidades vi a mi rubia hermosa salir y subirse a autos que la esperaban afuera de su edificio.
    
    Sinceramente me desilusioné. Yo la veía tan inocente a Ale.
    
    Igual no dejé de tratarla como si fuese el primer día. Y cuando hablábamos se desenredaba las puntas de su rubio y largo pelo y me hipnotizaba, pero más perdía la cabeza cuando venía en ojotas y shorts de jeans cortitos. Se me ponía de espaldas y la erección era inevitable.
    
    Entre charla y charla me pidió hablarme en privado. Me tomé un tiempo y en la vereda del local conversamos de un modo más ameno.
    
    Alejandra muy avergonzada me pidió si le podía prestar dinero. Cómo que vio venir una negativa de mi parte entonces agachó la cabeza.
    
    –Cuanto necesitas? – Pregunté, y era una cifra un tanto elevada.
    
    –Dejame pensarlo Ale, es mucha plata pero veo y te contesto después – , le dije. A lo que ella me respondió –Si está a tu alcance y lo podes hacer llévamelo al ...
    ... departamento ésta noche, es el 2º C, tocá timbre a las 22 horas y te espero. Sos un amor Jor– y se fue.
    
    Junté el dinero, me armé de una excusa para salir y a las 22 en punto toqué el portero eléctrico del 2do C. Ale abrió desde arriba y subí. Me esperaba en calza negra, una musculosa blanca y zapatos con plataforma.
    
    –Sabía que ibas a venir– fue lo único que alcanzó a decir y nos besamos. Nos matamos a besos y fui adentrándome en su departamento. Toqué su cuerpo por primera vez y ella se quitó los zapatos, se dio vuelta y se bajó la calza. Por Dios tener ese culazo a mi merced era un sueño. Una cosa redonda y suave al tacto, su piel era tan blanca que al apoyarle las manos se le quedaban marcados los dedos. Una tanga negra traía puesta, me arrodillé, se la corrí y le chupé el culo con demasiado deseo, tantas noches soñé en hacerle eso pero ella me era inalcanzable y ahora lo estaba haciendo realidad.
    
    Ale se dejaba, es más, se separaba las nalgas dejándome enterrarme más en su asterisco. Se lo ensalivé como nadie se lo ha hecho alguna vez.
    
    Su concha era rosadita tal como fantaseamos con Dante en nuestras tantas charlas de maridos calentones por esa hembrita de pelo rubio. Me la senté en una banqueta y desde abajo me la comí toda. Tenia el clítoris erecto por el franaleo de mi lengua y la ensalivada que le estaba propiciando. La miré desde mi posición y Alejandra cerraba sus ojitos totalmente entregada.
    
    Salió de su postura en ese banco de madera de patas largas y se agachó ...
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