A la U vamos a estudiar(nos)
Fecha: 30/01/2025,
Categorías:
Voyerismo
Autor: LatinoBisex, Fuente: TodoRelatos
... apretándolo y cuando sucedió ambos nos detuvimos y nos vimos a los ojos. Sin hablar y simplemente por la complicidad de nuestra calentura me dijo que podía continuar. Sin dudarlo un segundo seguí apretándolos, esta vez con mucha intención, sentía esos enormes pechos en mis manos mientras escuchaba un pequeño jadeo de satisfacción mientras lo hacía. Mientras tanto mi pantalón estaba en llamas, ella recorrió mi abdomen y mis piernas hasta rozarlo y descubrió lo mucho que estaba disfrutando el suceso. De igual manera nos vimos y fui yo quien le dio el permiso para continuar.
Mientras apretaba mi ya erecto miembro con sus manos, me separé de su boca para besar su cuello, su aroma me arropó y con cada beso podía sentir cómo cada uno de sus vellos se enchinaba, ahogaba gemidos por miedo a ser descubiertos y apretaba con más fuerza para sentir mi sexo completamente erecto. Deslicé una mano por su espalda para soltar su sostén, lo que la sorprendió y al instante mi otra mano entró para poder masajear la terza piel que tanto anhelaba. Sentí sus pezones completamente erectos al tacto mientras su piel estaba china nuevamente. Con mis dedos comencé a apretar levemente y a tirar de ellos, su placer se evidenciaba en la manera en la que me tocaba, estábamos demasiado calientes, fácilmente podríamos empezar a coger en el lugar.
Todo esto había pasado sin que nadie nos viera por la ventana, sin embargo un chico se sentó en una de las mesas que tenía ángulo de vista hacia el interior ...
... de nuestro diminuto cubículo. Pasó un tiempo sin notarnos, pero pude ver cómo nos miró de reojo y continuó, dismuladamente, observando nuestro encuentro. Al mirar a nuestro observador se lo hice saber a Claudia, quien me dijo:
-Déjalo mirar, también merece disfrutarnos y sinceramente me excita mucho saber que nos miran.
Esto me puso a mil por hora, deshinibido y excitado levanté su bra y su blusa levemente para poder ver por primera vez ese par de preciosos pezones, de un tono entre rosa y café muy claro, con una aureola pequeña y muy erectos. Sin mediar palabra comencé a lamerlos mientras ella soltaba un pequeño pero sonoro gemido que ahogó con sus manos. Yo puse también una mano en su boca mientras seguía lamiéndolos, ella bajó su mano a mi entrepierna y la deslizó por debajo de mi pants y encima de mi boxer. Lo apretaba como si quisiera arrancarlo de mi cuerpo, luego lo acariciaba haciéndo mucho énfasis en mi glande y cuando menos lo esperé, logró meter su mano debajo de mi bóxer. Tenía para ella sola mi verga caliente y palpitante en su mano. Me separé para verla y me devolvió una sonrisa cargada de deseo, amagó con su mano para bajar mi pantalón. Asentí a su propuesta y ella lo hizo. Mi verga salió como un resorte ante su mirada expectante, se recogió el cabello (que luego sostube con mi mano) y bajó su cabeza hasta mi entrepierna. Comenzó a darle besos a mi glande, a lamer el líquido presem que brotaba de él y a recorrer con su lengua el tronco de mi verga. En un ...