En carretera 1 - Relatos Eróticos

En carretera 1

Había sido un fin de semana de trabajo duro, me disponía a volver a Madrid y me esperaban unas horas al volante de mi coche.

La autopista tenía bastante trafico y era divertido mirar a la gente que viajaba igual que yo, además eso me mantenía algo despierto.

Circulaba por el carril derecho cuando vi por el retrovisor que se me acercaba un todoterreno, puso el intermitente y me adelantó por la izquierda. Como siempre, gire la cabeza para mirar al otro conductor con la esperanza de que fuera una bonita rubia de esas que solo salen en las peliculas. Casi acerté, ya que en efecto se trataba de una mujer, era morena y apenas pude apreciar su cara,al igual que yo, también giro su cabeza para mirarme.

El coche se alejaba no demasiado deprisa y algo pasó por mi cabeza que decidí acelerar, quería volver a verla.

Me fui acercando y puse el intermitente para adelantarla, cuando estuve a su altura hice que el adelantamiento fuera un poco más lento. Está vez tuve algo más de tiempo para verla, pensé que tendría unos 50 años y su cara reflejaba el rostro de alguien que en su juventud debió ser realmente bella. Al igual que antes, ella también giro su cabeza y me miró con una sonrisa.

Decidí no correr mucho para ver qué hacía y en unos pocos kilómetros, volví a verla acercarse, nuevamente me adelantó y volvimos a mirarnos. La sonrisa se convertía por momentos en una carcajada.

Yo pensaba seguir el juego y me disponía de nuevo a adelantar, pero puso el intermitente para ...

... salir en una vía de servicio y supongo que el instinto me hizo rectificar y cogí también el desvio

El coche se detuvo cerca de la puerta del bar de carretera mientras yo preferí mantenerme a poca distancia

Se abrió la puerta del coche y ella salió en dirección al bar. Vestía una falda verdeque terminaba justo encima de sus rodillas. Su forma de andar era elegante, su media melena se movía al compás de sus caderas y eso comenzó a ponerme nervioso y algo excitado.

Deje pasarunos segundos, salí del coche y me dirigí también al bar. Por un momento la perdí de vista, pero al entrar en el bar la vi en la barra pidiendo algo al camarero. Cogió su taza de café y se dirigió a una mesa. Desde que se había bajado del coche no me había mirado ni una sola vez y eso me hizo pensar que de nuevo mi imaginación me había jugado una mala pasada y que todo eso era una simple casualidad. Pero una vez que se sentó, clavo sus ojos en mi sin apartar la mirada. Tenía una mirada cálida pero penetrante, no hizo ningún gesto pero seguía mirándome. Esto hizo que mi excitación fuera en aumento.

Tengo 54 años y aunque no me cuido demasiado, tengo un cuerpo compensado. Para mis 175 cm de altura y mis 80 Kg, yo consideraba que estaba bastante bien y eso me hizo tomar la decisión de acercarme a ella.

Según me acercaba, mi nerviosismo crecía y pude notar incluso una pequeña erección. Ella recorrió todo mi cuerpo con su mirada y por la leve sonrisa que esbozó, supe que lo había notado

Por fin ...