El Príncipe y la Periodista 14 - Placeres - Relatos Eróticos

El Príncipe y la Periodista 14 - Placeres

... vulgar puta. Me mira preguntándose que ha ocurrido, aunque sabe de sobra la respuesta.

Tanto Jake hace tres noches como Demir hace dos, se la follaron como parte de un juego, haciéndola participe, permitiéndola tomar algunas decisiones a pesar de ser una esclava, yo esta noche simplemente he usado su cuerpo y su mente, sometiéndola a mí, haciendo que se entregue completamente para sentir todo el placer que ha sentido.

Me levanto y salgo del harem, dejándola allí sentada intentando comprender todo lo que ha sucedido

(punto de vista de Rose)

Debería estar enfadada con Lady Stephanie, de repente en vez de la decena de esclavas que he visto estos días, hay una treintena de esclavas en el harem, pero soy consciente de que es perder el tiempo. Si Lady Stephanie quiere jugar, yo también soy capaz de hacerlo.

Me mezclo con las esclavas, aunque muchas no me conocen, no parece importarles mi presencia, están demasiado acostumbradas a que las esclavas vayan y vengan, permaneciendo pocos días en el harem.

Sé que Lady Stephanie lo observa todo, acostumbrada a estar de forma permanente ante las cámaras, no me cuesta demasiado descubrirlas y darle una sonrisa en varias ocasiones.

Después de comer decido darle un pequeño espectáculo, me tumbo en uno de los sofás y comienzo a masturbarme, esperando ver cómo reacciona.

No tardo en verla aparecer, con un strap-on colocado a la cintura. Se acerca a mi y retirando mi mano la sustituye por la suya comenzando a masturbarme, ...

... sin prestar atención a mi clítoris.

No tenía ninguna duda de que después de tantos años en el harem Lady Stephanie era lesbiana, aunque dado su rango también es una dominante y a diferencia de Lady Nabila no parece estar demasiado interesada en mi placer, simplemente quiere follarme.

Durante los siguientes minutos se folla mi boca y mi coño, y tengo que hacer un esfuerzo para fingir que soy incapaz de tragarme la polla de látex y que no estoy disfrutando demasiado de la forma en que me está follando, aunque los intensos orgasmos que tengo parece decir lo contrario.

Cuando acaba de follarme y me indica que me coloque entre sus piernas para comerle el coño, sigo con mi plan, me comporto de forma torpe, como si fuese inexperta, provocando sus protestas y que agarre mi cabeza para sostenerla contra su coño. Finalmente hago que se corra y pongo cara de no entender por qué me ha tratado de esa manera.

El problema de los planes es que siempre aparece algún imprevisto, y en este caso, tanto en los planes de Lady Stephanie como en los míos aparece en forma de un enorme negro con el torso desnudo.

“Sígueme;” me ordena dirigiéndose hacía los jardines del harem.

No se sí cuando sigo a Bungami hasta las zonas de la piscina y veo la enorme cama situada a un lado soy consciente de lo que va a ocurrir, tan solo siento un escalofrío de miedo o de placer.

A todos los efectos soy una esclava del harem, y según me comento Rina, Bungami tiene permiso para usar a cualquiera de ...