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Profesora particular
Fecha: 13/02/2025, Categorías: Hetero Autor: Jano, Fuente: CuentoRelatos
... y en otro momento, admirando mis muslos. - Oye, Fernando, debes mirar hacia el esquema que te estoy explicando, no… - No, si no… si estoy... mirando el libro. - Ya! Su cara estaba a punto de arder. Bueno, este primer día me sirvió para tener una primera ilusión en meses, un primer objetivo: tirarme a Fernando! Con lo tímido y cortado que es, creo que tendré que poner mucho de mi parte. Así que, para la clase siguiente, decido vestir lo más provocativa posible: escojo una faldita plisada de cuadros rosas y negros, muy corta para que me pueda ver bien los muslos, y una camiseta blanca sin mangas y muy escotada, para que pueda admirarme el pecho. Y sin sostén, para que pueda adivinar mis pezones sin dificultad. Por si en algún momento la falda es demasiado corta y enseña más de lo debido, me pongo el tanga más pequeño que tengo para que disfruten sus ojos. Los zapatos de tacón y mi perfume preferido completan el conjunto y creo que me hacen irresistible. Es jueves y algo nerviosa y ya excitada, llego pronto a casa de Fernando. - Oh, hola, Leo! Cuánto tiempo sin verte! Vengo a dar la clase de repaso a tu hermano. - Ya, sí, entra, entra, Esther. – nos saludamos con un par de besos – Fernando todavía no llegó de entrenar. Habrá encontrado tráfico. - Bueno, en realidad todavía es pronto. Vine un poco antes. - Oye, estás hecha un pibón! - Ya, vale, ya ves. Gracias! - Ven, ven, vamos a esperar a Fernando en el salón. -me acompaña y noto que me ...
... devora con los ojos. Mi excitación crece. Cuando me siento en el sofá y él me sirve una copa, él mira mi pecho y mis piernas sin disimulo. - Así que vienes a enseñar… - Sí, sí, a enseñar… a tu hermano. - Ya, veo que enseñas bien. - Eh… bueno… - me sonrojo y más al darme cuenta que al estar sentada la falda me sube tanto que incluso enseño las bragas – eso… matemáticas. - Sí, ya, y algo más. - Oye… no, no… matemáticas y ya está. – estiro la falda para taparme algo, pero solo consigo alargarla unos milímetros. - Ya, vale, tú no querrías también enseñarme a mí? - Cómo, a ti? Es que también estás estudiando? - No, realmente, no. Pero nunca me han ido muy bien las matemáticas. Y seguro que tu enseñas muy bien. – guiña un ojo. - Ah… bueno, ya… - se oye la puerta- Uy, mira, aquí está tu hermano. - Vaya, qué inoportuno! Bueno, os dejo con las matemáticas. - Hola, Leo. Y Esther! Fernando abre los ojos como platos cuando me ve tan sexy, pero enseguida los baja, tímido, y me acompaña al salón para la clase de repaso. Aunque estoy muy amable y cariñosa con él, apenas consigo que me mire, con disimulo. Casi no aparta la vista del libro y de la hoja. Me insinúo, pero él hace como si no se diera cuenta. Y la clase termina sin que haya conseguido dar ni un paso hacia mi objetivo. Al salir del salón me encontré con Manuel, el padre de Leo y de Fernando. - Hola, tito! – le llamo así desde pequeña. - Hola, Esther. Ven, ven que te dé dos besos. Oye, ...