Profesora particular
Fecha: 13/02/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: Jano, Fuente: CuentoRelatos
... estás muy guapa! - me ruborizo y me avergüenzo que me vea vestida así – Qué, cómo van las clases?
- Bien, bien, Fernando está muy atento y aplicado.
- Ja, ja, no me extraña, no me extraña, con una profesora particular así… así cualquiera – diría que mira mi escote descaradamente.
- Bueno, adiós, tito! – voy a darle dos besos en la mejilla y él me acerca con la mano en la cintura, que baja sin reparo hasta la minifaldita, y alarga unos segundos los besos, y me voy enseguida. – Oh, tito, adiós!
Parecería que he gustado a todos los hombres de esa casa, menos a Fernando. Me pregunto si es solo por la timidez o es que no le agrado. En ese momento no sabía que apenas crucé la puerta, Fernando corrió a masturbarse pensando en mí. Y que lo volvió a hacer esa noche ya en la cama. Y los días siguientes. Bueno, debo confesar que yo también me he masturbado mucho pensando en él.
Las siguientes clases han ido bien, en el sentido de las matemáticas, pero sin avances en lo que me interesa a mí. He probado distintos tipos de ropa y complementos, pero nada. El jueves pensé que se había fijado especialmente en los pantalones apretados, que me lo marcan todo, pero nada. Y tampoco tuve éxito con el vestidito verde que enseña más que esconde. Ni con el traje chaqueta, con la falda muy corta. Por suerte, no me he encontrado más ni con Manuel ni con Leo, porque habrían pensado que iba a la casa a hacer un desfile de modelitos.
Ayer recibí un mensaje de Fernando preguntando si ...
... esta semana podía ir a darle la clase también el lunes, que tenía un examen pronto y estaba preocupado. Como no tengo nada que hacer, le dije que claro que sí. Quedamos pronto, a las cuatro de la tarde.
Yo me presento con un vestidito negro de poco más de dos palmos, decidida a ganarme al chico. Voy sin sostén y sin braguitas. Enseño casi todas las tetas, los muslos y el culo. Y me he puesto más perfume que nunca. U hoy o nunca! A ver qué.
- Eh, ah, hola, Leo!
- Hola, guapa!
- Y Fernando?
- Pasa, pasa, ven, siéntate, aquí, en el sofá.
- Eh? No, no. – sé si me siento, el microvestido me subirá y enseñaré los muslos y quien sabe si algo más.
- Sí, mujer, sí, siéntate, que Fernando va a tardar.
- Cómo? Si me dijo que a las cuatro!
- Ya, ya. Pero… siéntate! – me acompaña al sofá y me sienta cariñosamente.
- Oh! – mira mi escote – Que bien hueles!
- Gracias!
- Mira, te sirvo una copa.
- Bueno, cuando vendrá Fernando?
- Va a tardar mucho en venir.
- Pues quizá es mejor que me vaya y vuelva más tarde.
- No, no, Esther, le esperas aquí, conmigo, y así me haces compañía.
- Bueno, tú tendrás cosas que hacer. Y yo…
- No tengo nada mejor que estar aquí contigo, guapa!
Me sirve la copa y me doy cuenta de que desde su posición, al estar de pie, me ve casi todas las tetas; noto que me excito y que mis pezones parece que van a atravesar el vestido. Me lo subo un poco para cubrirme el pecho, pero sólo consigo acortar más la falda y casi ...