1. Infiel por mi culpa. Puta por obligación (39)


    Fecha: 13/02/2025, Categorías: Grandes Relatos, Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... si había pensado en él, o en lo que habíamos hecho, y si tenía ganas de repetir, tanto como lo deseaba él.
    
    —¡No estuvo mal, pero esperaba algo mejor! —Le respondí, y enseguida me despedí con dos emoticones seguidos. Y no, Cielo, no fueron corazones ni labios rojos, como los que entre tú y yo nos enviamos, no. Caritas de sueño, nada más. Lo juro.
    
    —Ok, está bien. Te creo. ¿Y entonces qué? —Le contesto, y la animo a continuar.
    
    —Al otro día fue más de lo mismo, pero bajo la estricta vigilancia de don Gonzalo, lo cual generó una incomodidad inusual en José Ignacio, y bastante nerviosismo en Carlos. Me fue bien, al concretar tres separaciones adicionales a las dos del día anterior, y a la hora del almuerzo, fue que pude responder tu llamada a media mañana, un poco tarde lo sé, pero te lo expliqué, comentando los motivos para no responderte. Y es verdad que hablé más de mí y mis logros comerciales, estaba eufórica, más de lo usual, pero es que yo… Yo estaba nerviosa, y no hallé en mi interior otra manera de calmar mi curiosidad, imaginando que entre Naty y tú, ya hubiese ocurrido ese… ¡Algo!
    
    —Por la noche fue un poco diferente, ya que don Gonzalo, satisfecho por los resultados, nos invitó a todos cuatro, al centro comercial en Girardot, y allí pudimos distraernos, hablar de otros asuntos, comer pizza y beberme una cerveza bien fría. Y nos regresamos temprano al hotel, pero estando allí, Carlos y José Ignacio, nos invitaron a la última en el bar del hotel, don Gonzalo ...
    ... no se opuso, pero nos acompañó bebiendo un cóctel sin alcohol. K-Mena se antojó de uno también, colocando en su carita angelical, el puchero rosa en sus labios. Ganó con su bonito soborno, y le pidió al bartender, un refrescante «Mint Tonic». Yo, al igual que Nacho y Carlos, me bebí despacio, una Club Colombia dorada, bien helada. Tu preferida.
    
    —Ya en nuestra habitación, ilusionada, K-Mena quiso tener la otra clase que no tuvimos la noche anterior, pero aduje dolor de cabeza y por supuesto de los pies. Lo de mis pies no fue mentira, estaba muerta de caminar tanto, haciendo las demostraciones de las casas a mis clientes. Solícita se empeñó en darme un masaje en ellos, pero me embolató con sus caricias y terminé desnuda, recibiendo de sus manos, uno bien completo y relajante.
    
    —Y pues… K-Mena de forma disimulada, pero muy cariñosa, me solicitó que nos bañáramos juntas antes de acostarnos, para… Pues para no hacer mucho ruido. –Camilo ya no abre los ojos como antes, pues ya se lo imagina. – Fueron caricias tiernas y rápidas, besos profundos y toqueteos específicos de parte y parte, conocedoras ya de nuestros puntos sensibles, y por ello, su orgasmo como el mío, nos alcanzó muy pronto, sumiéndonos en un reparador estado de relajación.
    
    —Obvio. Sor Mariana al resc…
    
    —Me sentí obligada a hacerlo, Camilo. ¡Por Dios! –Interrumpo con decisión su burla. – Era verdad que después de nuestra primera clase de… aquella inducción al sexo, no había vuelto mis ojos y ni volcado mi ...
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