El hijo de la dueña de la casa se burló de mí, y por eso le reventé el culo.
Fecha: 14/02/2025,
Categorías:
Gays
Transexuales
Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30
El hijo de la dueña de la casa se burló de mí, y por eso le reventé el culo.
Cuando la señora de la casa me contrató para hacerme cargo de los jardines, ella llamó, a la que yo pensé que era su hija, diciéndole que me mostrase la casucha de las herramientas.
Quizás como su nombre me sonó femenino, pensé que era una chica, además cargaba puestos, unos ajustados pantaloncitos cortos floreados, mostrando gran parte de sus paradas nalguitas y una corta camisilla sin mangas.
Ya a solas en todo momento me habló como si realmente fuera una chica, extendió su mano, con bastante delicadeza, presentándose, dándome la impresión de que era una chica.
Y el condenado hijo de la gran puta no dijo más nada, pero al tomar su mano y apretarla, él suavemente aflojó la suya, como lo haría una chica.
Por lo que no dudé en pensar que realmente, era una chica, tras mostrarme la casucha de las herramientas, se retiró contoneando sus caderas, y seguramente riéndose de mí por dentro, completamente seguro, de que yo, pensaba que realmente era una chica.
Durante las siguientes semanas en las que fui a trabajar, y limpiar los jardines, el muy maricón se ponía a tomar el sol, justo al lado de la piscina, para que yo lo pudiera ver, ocultando siempre sus testículos.
Él usaba lo que yo creía era la parte inferior de un biquini esos que llaman tanga, ya que, al enterrársele entre sus nalgas, las dejaba todas al aire, y con una toalla, que usaba para supuestamente ocultar, lo que yo ...
... pensaba eran sus pequeñas tetas.
Como su madre es gerente de un banco, por lo general nunca se encuentra en casa, mientras que su hijo se divertía, haciéndome creer a mí, que era una chica.
Hasta que un día mientras él hijo de la gran puta, tomaba el sol, se dio cuenta, de que yo, lo espiaba, y mientras lo observaba oculto tras la casucha de las herramientas, ocasionalmente me masturbaba viéndole sus parada nalguitas.
Pero un día, se le ocurrió hacerme una maldad, cuando se encontraba nuevamente tomando el sol, al sentirme que pasaba a su lado, de la manera más coqueta que pudo, y con un tono de voz bien afeminado, me pidió que le hiciera el favor de ponerle un poco de bloqueador solar, en la parte posterior de sus piernas, y la espalda.
Yo, me quedé pensándolo por unos segundos, sin dejar de observarle las nalgas, luego arrimé una silla, y sin decir nada, tímidamente comencé a pasar mis manos, embadurnadas de bloqueador solar, por toda su espalda, sus muslos, y parte gran parte de sus nalgas.
Hasta que después de un rato, que me sentía sumamente excitado, ya que mi verga se me había puesto bien dura, y se notaba por debajo de la tela de mí pantalón.
Algo avergonzado, le dije. “Señorita, yo creo que así está bien, es que debo limpiar las herramientas en la casucha”. Fue cuando a el hijo de puta, se le ocurrió, medio levantarse de la tumbona, en la que estaba recostado bocabajo.
Mostrándome su plano pecho, riéndose de mí me respondió, con su propia voz, ...