El hijo de la dueña de la casa se burló de mí, y por eso le reventé el culo.
Fecha: 14/02/2025,
Categorías:
Gays
Transexuales
Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30
... diciéndome. “Yo no soy una chica, soy un chico”. En ese momento, me puse de todos colores, en cosa de segundos, me sentí engañado.
Me le quedé viendo, de pies a cabeza, de una manera que le dio miedo, por lo que al tiempo que trató ponerse de pie, y retirarse, me dijo. “No es para que se moleste tanto, solo fue una inocente broma”.
Yo estaba completamente indignado, coloqué una de mis manos sobre su espalda, impidiendo que se incorporase, diciéndole bien molesto. “No sabes las veces que me he hecho la paja, viendo tus nalgas, maricón, pensando que eras una chica. Y ahora me sales con que eres un chico, bueno para que no me jodas más, te voy a dar una lección, para que aprendas a respetar a un hombre como yo”.
Al escuchar mi voz, decirle eso, el chico se asustó más, y aunque inútilmente trató de ponerme de pie, no lo dejé.
Así que mientras lo mantenía acostado en la tumbona con una mano, con la otra de un solo jalón, le arranque eso que yo creía que era una tanga, dejándolo con todas sus nalgas al aire.
Él, estaba petrificado del miedo, sintió que me colocó tras de él, y a lo bestia separé sus piernas, y con mis manos embadurné su culo, con lo que me quedaba de bloqueador solar, en las manos.
Mientras que él gritaba desesperadamente, pidiéndome que lo soltara, que no le fuera a hacer daño, que jamás había se había acostado con ningún hombre, que no era maricón.
Algo raro que me pasó fue que a medida que el mariconcito ese forcejeaba, gritaba y lloraba ...
... diciéndome que no le hiciera daño, más excitado me sentía, y con más fuerza y ganas lo penetraba.
Pero a pesar de sus gritos, de golpe sintió toda mi dura verga, penetrándolo brutalmente por el culo, el dolor fue tal, que además de seguir gritando desgarradoramente con fuerza, se puso a llorar.
Mientras inútilmente forcejeaba tratando de escapárseme, quizás pensó, que alguien, algún vecino, escuchase sus gritos, y viniera en su auxilio, pero no fue así.
Cuando yo, finalmente le metí toda mi parada verga por su culo, se quedó como petrificado, llorando en silencio, por lo que, resignado a su suerte, se quedó llora que llora, en silencio.
Por un momento me quedé quieto, para luego comenzar a pasar mis manos por sus muslos, y nalgas, apretándolo contra mi cuerpo, diciéndole. “Querías que yo pensara que eras una chica, ¿verdad? Bueno a hora eres mi putita, así que mueve esas nalgas.”
Por lo que al tiempo que terminé de decirle eso, comencé a sacar, y meter, toda mi parada, y caliente verga, dentro de su apretado culito.
En mi vida, me había acostado con un maricón, a pesar de que en muchas ocasiones me los he encontrado en la calle pensando que eran una puta, por su manera de vestir, y de comportarse, jamás a ninguno de esos tipos, yo le había puesto un dedo encima, mucho menos había tenido sexo, hasta ese momento.
Yo continué clavándole toda mi verga, no paraba de entrar y salir de su culo, no sé si fue por lo que le ordené, o porque razón, la cosa es que, a los ...