Historia de Sissy 1 - Relatos Eróticos

Historia de Sissy 1

Hola, soy Alexia y este es mi primer relato de cómo comencé en el mundo sissy. Actualmente tengo 45 años y vivo ya tiempo completo como una sissy, pero mi camino comenzpo hace ya 27 años atrás, cuando tenía 18 añitos recien cumplidos y me llamaba Marcelo. Vivía solo con mi madre, ya que ella enviudó hace mucho tiempo y no teníamos mucho contacto con la familia de mi padre y nos podíamos mantener principalmente con la pensión que había dejado mi padre y con algunos trabajos fuera de casa que realizaba mi madre. Si con sus hermanas que vivían en el sur. Como les decía vivíamos con mi madre en un barrio tranquilo y yo siempre fui muy poco desarrollado para mi edad: bien lampiño, piel muy blanca, cabello color castaño claro y ojos café. Para mi edad, medía 1,67 y pesaba entre 50 y 55 kilos, nunca pasaba de eso. Como sea, nunca fui masculino y tampoco me llamaban la atención los deportes y las cosas típicas de los chicos de esas edad, tampoco había tenido muchos amigos y era más bien tímido. La timidez también tenía su origen en mi pequeño pene, de apenas 10 cm (siendo generoso), que afectaba mucho mi seguridad. Si bien no lo quería reconocer, lo cierto es que ya sentía cierta atracción por los hombres y me encantaba la ropa de mujer. Pero era un chico solitario.

Poco después de cumplir los 18, llegó a barrio donde vivíamos un vecino, su nombre era Claudio y tenía en esa época 27 años. Era enfermero y estaba empezando un buen trabajo en la ciudad. Era alto, pasado el 1,90, ...

... atletico y musculado. Además, era el vecino que andaba siempre con comics y video juegos. Era fanático de las consolas de videojuegos y siempre era muy amable, invitandonos a jugar a su casa y podríamos pasar horas en ese Nintendo64, que era la novedad del barrio. A Claudio siempre le gustaba hacer equipo conmigo y siempre me daba preferencia cuando jugabamos juegos de un solo jugador. Yo me sentía muy cómodo con él. Además, al ser vecinos directos, hizo buenas migas con mi madre, y supo ganarse su confianza. Yo en la escuela no era el mejor alumno, pero tampoco el peor, aspi que como tenía habitos de estudio, después de repasar las materias, me iba a casa de Claudio. Mi madre estimuló esta amistad, ya que como contaba no me relacionaba mucho con nadie. Además, Claudio me felicitaba cuando hacía las cosas bien. Obviamente, esto era cuando no tenía turno, pero era de forma muy común que pasara jornadas muy largas con él, especialmente cuando el trabajo de mi madre se extendía.

Un buen día de juegos, mientras el preparaba algo de comer, me pidió que prendiera la consola para jugar, pero al encender la TV me quedé de una pieza. En la pantalla apareció una pelicula pornogrpafica, donde habían hombres y mujeres teniendo sexo hetero y homosexual. Quedé con la mente en blanco, con la boca abierta y no podía retirar mi vista de los miembros de los hombres y especialmente en las escenas de penetración y sexo oral gay que se veía. En eso entró a la habitación y me sacó de mi estado, con ...