Mar Sensual: Una Navidad caliente
Fecha: 22/02/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: MarCaliente, Fuente: CuentoRelatos
Las fiestas decembrinas se acercaban y como todos los años en el departamento se organizaba la fiesta de fin de año, la cual se realizaría en un local rentado para ello, allá por el velódromo. Asistiríamos más de cien compañeros, algunos nos conocíamos y otros sólo de vista. Usualmente en esta reunión hay comida, bebida, baile y rifa de regalos. El horario sería de las tres de la tarde a las ocho de la noche. Los de la oficina organizamos un intercambio de regalos y me tocó darle a una compañera. Todo transcurría con normalidad, esperando llegara el día de la fiesta. Siempre eran amenas y todos deseábamos sacarnos una de las pantallas que rifaban. En la oficina hicimos el intercambio y la que me tocó me regaló una bolsa de mano y dentro tenía unos labiales en forma de pene, todas reímos por la ocurrencia. Me pidieron que usara uno y así lo hice, en medio de bromas.
Llegó el día y gustosos nos dirigimos a la reunión, la cual se llevaría a cabo en uno de los salones del hotel Gran Prix, ubicado en la calle de Añil y Churubusco. Una de las compañeras nos dio un aventón. Ese día me vestí algo coqueta, pero sin exagerar: falda algo corta, zapatos de tacón, blusa sexy y un blazer. Varias de mis compañeras iban igual vestidas, eran más jóvenes que yo y al parecer la seguirían después en otro lado. Yo quedé con mi marido de que si me sacaba algo grande lo llamaría para que fuera por mí, sino me regresaría temprano. Llegamos y ocupamos una mesa al fondo, ya no alcanzamos cerca de ...
... la pista, éramos seis y la mesa era para diez. Llegaron unos compañeros, cuatro que mis compañeras conocían y les pidieron que se sentaran con nosotras, ellos aceptaron gustosos. Eran de otro piso y yo solo los conocía de vista, como quedé en la orilla uno de ellos se sentó junto a mí, se llamaba Raúl, algo serio y más joven que yo. El mesero trajo refrescos y una botella de tequila, todos pidieron palomas y yo lo pedí derecho. Brindamos y comenzamos a charlar de tonterías. Pasó un rato y nos volvieron a servir otra ronda, alguien comentó que la botella no nos iba a rendir, por lo que dos compañeros fueron a un Oxxo por más bebida.
Comenzó la música y de inmediato nos invitaron a bailar, a mí me sacó un compañero que no conocía de otra mesa, bailaba bien y me lucía dándome vueltas, yo me cuidaba que la falda no se subiera más de la cuenta ya que traía medias de silicón con encaje. Bailé con él unas tres canciones y mientras bailábamos me platicaba de cómo era y preguntaba cosas de mí, noté que Raúl observaba mis piernas, discretamente en varios momentos lo caché de fisgón. Regresamos a la mesa y Carlos, el compañero con el que bailé, “amablemente” me acomodó la silla para que me pudiera sentar y con un apretón en mis hombros agradeció el haber bailado con él. En la mesa ya habían servido más tragos y brindamos celebrando el momento. Comimos y después vino la rifa, desafortunadamente nadie de la mesa se sacó algo. Eran las seis de la tarde y para ese momento ya estábamos ...