1. Mar Sensual: Una Navidad caliente


    Fecha: 22/02/2025, Categorías: Infidelidad Autor: MarCaliente, Fuente: CuentoRelatos

    ... alegres, ya nos habíamos acabado dos botellas y la tercera iba a la mitad. Quedaban dos horas de fiesta por lo que decidieron ir por dos botellas más.
    
    Más desinhibido, Raúl me platicaba cosas de cómo era él, que yo bailaba muy bien y entre plática y plática discretamente volteaba a ver mis piernas. Sentada mi falda se subía más de la cuenta y se alcanzaba a ver el encaje de mis medias. Me bajaba la falda, pero se volvía a subir, por lo que dejé que se dieran un taco de ojo. El alcohol estaba haciendo efecto, me sentía algo mareada pero alegre. Varios compañeros me sacaron a bailar y yo gustosa aceptaba, quienes ya contentos, me trataban de cachondear con palabras de doble sentido o con frases “pícaras”. Yo sólo sonreía o movía la cabeza con sus ocurrencias y cuidando que con las vueltas mi falda no se subiera tanto, aunque no dudo que algunos atentos como Raúl hubieran visto un “poco más”. Regresé a la mesa y volvimos a brindar todos hasta el fondo deseándonos felices fiestas decembrinas y un próspero año nuevo. Raúl me sacó a bailar y durante tres canciones me estuvo diciendo coqueterías, trataba de seducirme, a lo que yo le decía que estaba loquito. Dieron las ocho y la fiesta se terminó, nos acabamos el tequila que sobraba, todos de un solo trago hasta el fondo. Yo ya iba, sino borracha, si bastante mareada. Pensé llamar a mi marido para que viniera por mí, pero en el baño mi amiga me dijo que me daba un aventón, el cual acepté. Ya en la salida varios compañeros me ...
    ... dieron su número de celular, incluido Raúl y me pidieron el mío. Al despedirnos, algunos de ellos me abrazaron “efusivamente” y me besaron muy cerca de la comisura de mis labios, cosa que he de decir más que molestarme, me calentó.
    
    Ya en el trayecto le pedí a mi amiga me dejara en la estación del metro Velódromo, pero ella me dijo que por qué no las acompañaba, que la iban a seguir, que iban a ir a bailar con varios de los compañeros. Les dije que me gustaría pero que no había pedido permiso, a lo que me contestaron: vamos, lo bailado nadie te lo quita, nos salimos temprano. Dudando, acepté y nos dirigimos a un local en la Condesa, en donde se toca música cubana. Al llegar ya estaban los compañeros, entre ellos Raúl que efusivo me ofreció una silla para sentarme junto a él. Ellos ya estaban tomando, por lo que nos sirvieron nuestros tragos, les dije que yo no quería, pero insistieron. Brindamos hasta el fondo por el motivo de estar reunidos. Éramos doce personas, seis hombres y seis mujeres, un poco apretados en la mesa, por lo que sentí como rozaba su pierna con la mía. Volvieron a servir bebida y Raúl brindó conmigo, chocamos nuestros vasos y le di un buen trago. Comenzamos a bailar y me iba turnando con ellos, quienes con el alcohol ingerido bailaban más insinuantes con nosotras. Yo cuidaba que la falda no se volara de más, pero era imposible hacerlo en cada momento, por lo que supongo eso los calentó a ellos. En cuanto nos sentábamos, volvíamos a brindar todos. Observé que ...
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