1. «La mujer perdida II» Capitulo III


    Fecha: 04/03/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Infidelidad Voyerismo Autor: oldie, Fuente: SexoSinTabues30

    ... allí.
    
    -Vamos, sal tu primero-
    
    Me dijo mi madre, pero temiendo que cometiera alguna estupidez le dije:
    
    -Me da miedo, salta primero tu. –
    
    Ella con dificultad, salió y al saltar, se hizo daño en el tobillo.
    
    -¡Vamos, te sujeto!-
    
    Al subirme a la ventana, arranqué el viejo pomo para que, al cerrarla quedase atorada. En el poyete de la ventana, tiré de
    
    ella y la cerré tras de mí, impidiendo cualquier posibilidad de huida por esa vía.
    
    -Madre, actuemos con naturalidad, como si no supiéramos nada-
    
    Dimos la vuelta al edificio y nos dirigimos hacia la entrada del almacén.
    
    Cuando llegamos, acababan de llegar los bomberos, pero los gritos que se escuchaban en el interior, presagiaban que no tendría aquello un buen desenlace (al menos para ellos).
    
    Todo el barrio estaba frente al viejo almacén “Maderorsa”. Miraban curiosos y a la vez invadidos por el morbo de escuchar los alaridos de los que estaban ardiendo en el interior.
    
    Al mirar a mi madre, descubrí que había resucitado. Volvía a ser ella. Con ese desenlace liberador, era como si para ella, jamás hubiera ocurrido nada.
    
    Una pequeña sonrisa se escapó de sus labios y entonces, mirándome y con una preciosa sonrisa, apretó fuertemente mi mano y me dijo:
    
    -Mi héroe-
    
    Tras treinta interminables minutos, del almacén sacaron tres cuerpos carbonizados y otro cuerpo moribundo con el
    
    setenta por ciento del cuerpo quemado. Al pasar la camilla
    
    cerca de nosotros, don Alfonso abrió un poco los ojos, se ...
    ... percató de mi presencia, y se quedó mirándome horrorizado…
    
    Uno de los bomberos iba diciendo que el seguro no se haría cargo del siniestro, porque había indicios de haber sido provocado, hallando restos de gasoil por el almacén,
    
    posiblemente por alguno de los que estaban dentro. Don Alfonso, al escuchar aquello, comenzó a reír nerviosa e impulsivamente mientras me miraba. Hasta tal extremo, que hiperventiló y entró en parada cardiorrespiratoria.
    
    Comenzaron a practicarle una RPC sin éxito, con lo que salió la ambulancia a toda prisa.
    
    -Madre, cuando entré en la oficina, y te vi allí sentada, tenías en el bolsillo este dinero. –
    
    Y con disimulo, saqué dos rollos gruesos de billetes de mil pesetas enrollados por unas gomas.
    
    Al verlos, mi madre quedó paralizada, no sé si hice bien o mal en darle aquello en aquel momento, pero tras un
    
    instante, lo descubrí. Aquella mezcla de mueca entre
    
    burlona, divertida y de liberación, me hicieron olvidar todo el dolor que aquella tarde presencié, (Y creo que cuando
    
    descubrió que en esos dos rollos habían ciento ochenta y
    
    nueve mil pesetas, ella también lo olvidó por completo).
    
    La casa estaba vacía, mis hermanos seguían en casa de nuestra tía.
    
    Mi madre entró conmigo y nos dirigimos al baño.
    
    -Quítate la ropa mientras lleno la bañera. – Al mismo tiempo, ella se desnudaba ante mí, sin ningún pudor.
    
    Jamás la había visto desnuda frente a frente.
    
    Ella vio como la admiraba a pesar de su cuerpo magullado.
    
    Un ...