El Padre Ninfómano - Relatos Eróticos

El Padre Ninfómano

El vino me había puesto a tono, tenía un sabor raro, miraba a mi mujer con deseo de metérselo y venirme de una vez, la película de Netflix lucia interesante pero necesitaba descargarme, se me zafo comentarle que me hacia falta el sauna, cuando dije las palabras las quería recoger, era mi secreto y después de estar este tiempo sin trabajo no me podía dar le lujo de pagar el Gym, pero los recuerdos son recuerdos y se vuelven obsesión si uno no lo repite y más después de estar en la casa y de repasar todo el porno de la red, es indudable que deseaba irme al pasado y ser más abierto con ella, mis temores , mi reputación está en juego por lo cual tengo que seguir callado.

Como comenzó aquello del

sauna fue quizás de la forma más inesperada, normalmente una forma que me relajaba y botaba las toxinas de mi cuerpo es ir al sauna, meditar y después un rico baño que me despertara.

Normalmente había 6 a 8 hombres y el lugar no se puede decir que era grande, pero le daba espacio a cada uno de guardar distancia.

Todo empezó aquel día que no se me quita de la mente, era un extranjero recién llegado y apenas estaba de vacaciones y había comprado un pase de un par de semana, era alto, medio musculoso y lo principal, desinhibido, nos saludó con su mirada y se quitó la toalla, dejando su larga morcilla a la vista de todos, era como un código no darle importancia y mantener los ojos cerrado en estado de meditación, muy diferente quizás a las mujeres que son más conversadoras, los ...

... hombres guardamos silencio.

Parece que me había tomado una siesta, al abrir los ojos, los demás se habían marchado y ahí estaba ese ejemplar martillando su polla sin reparo, quería salir o cerrar los ojos, pero no pude, yo que he sido homofóbico y que reniego de los hombres, quedaba embelesado por su verga y porque sus dedos exploraban su culo mientras se masturbaba.

Quise levantarme para salir, cuando por descuido la toalla se me callo al suelo y el abrió los ojos, mi verga estaba erecta y él se me quedaba mirando con una sonrisa de ángel invitándome a su infierno, me hizo un gesto que fuera a su esquina, yo tome la toalla del suelo me la puse de nuevo y sin pensar fue a su escondite, ya de cerca se veía más apetitosa, el me desenrollo la toalla y tomo mi verga en su boca, tenía recuerdo semanas que no había follado con mi mujer por disgusto con ella y el buen pendejo me la estaba mamando y masturbando con lentitud , tomando todo su tiempo, no aguante más lo tome por la cabeza, se la trate de meter hasta el fondo y se la di entre gemidos míos, llamándole cabron, sin saber si el me entendía o no. Llegue a mi rápido orgasmo justo a tiempo a que abrieran la puerta y yo me ponía mi toalla.

Al llegar a casa más calmado no podía creer que me había mamado un hombre y que me había corrido de forma bestial y mucho más había automáticamente tocado su mástil febril en mis manos mientras él se engullía mi verga.

Dormí tranquilo , pasaron 2 días para volver yo al Gym, repetir ...