El Padre Ninfómano - Relatos Eróticos

El Padre Ninfómano

... le dije tenemos que hablar de estas fotos que le enviaste a mi mujer, ya veo lo que le ella le atrae los maricas como tú.

Al amanecer comprobé que marco las dos barras azules de forma tal que lo había leído.

Mi corazón palpito más rápido, al leer su repuesta

- ¿Qué deseas de mí?

-Pues que vengas, sin decírselo a mi mujer y platiquemos al respecto quiero romperte ese culo y que me la mames como recompensa

Ni yo mismo me creía la forma que yo escribía, no tenía nada que perder sino el.

Paso el fin de semana e iniciaba con la libido alto de mi atrevimiento de invitar al amante de mi esposa.

Ella se había marchado temprano, mi hija lo hizo al poco rato ya que tenía unos asuntos pendientes y le pregunte cuando volvía, me dijo en la noche nos vemos.

Hice algunos deberes del hogar, un poco trabajo y ahí estaba yo viendo un porno de travesti y transexual donde un hetero mamaba una rica polla, se comía el culo y luego se follaba a su víctima. Eso me subía más la libido y no podía negar que mis pensamientos volaban a las fotos donde el cabron tenía su verga, culo y tetas en diferentes poses y me hacía recordar mis pininos del sauna.

Le escribí si podía venir a las 12 y aprovechar el apartamento, le exigí que se vistiera con su mini negra y top de transparencia la respuesta afirmativa no se hizo esperar, así que lo espere en short sin da abajo y una camiseta blanca, estaba en el balcón cuando lo vi caminar y se perdía en mi bloque para subir la ...

... escalera

Deje la puerta de mi apartamento sin seguridad, entrando paso por la sala sin detenerse , me vio en el balcón, lo miraba de lejos, no sabía que hacer, realmente, el siguió de largo y cuando traté de seguirlo ya estaba en la habitación de mi hija, esos largos 1o minutos duraban una eternidad, pero me suponía que el se estaba cambiando por la exigencia que le hice.

Lo espere con la puerta abierta en mi habitación matrimonial me había quitado mis shorts y mi camiseta y estaba totalmente desnudo debajo de la sabana, el salió con sus tacones altos, una falda negra y un top transparente con una de las pelucas de mi hija y sus labios con brillo.

Cerró la puerta de la habitación sin motivos ya que estábamos solos, no hubo palabras, el me quito la sabana y ahí estaba mi verga, como todo un experto se fue a mi pecho bajando lentamente por mi estómago y finalmente a mi zona sur, mientras yo disfrutaba meterle la mano y descubrí sus pantis y lo que escondía su hombría.

Sentí su boca en mi tronco, luego en la punta de mi pene, se tomaba su tiempo, lo lamia una y otra vez, hasta que lo empujé con mi mano y salieron mis primeras palabras

-Mámalo maricon.

Fue como un alivio sentir su boca bajar hasta el fondo y sentir como mi guevo llegaba al fondo de su boca.

Al bajarle los pantis salto su verga gruesa que comencé a masajear

.

Al bajar y subir su tronco note un instinto mío de probar lo que mi mujer había probado, su pene era más gorda que el gringo, me comenzó a gustar ...