Las refugiadas 3 - Piratas - Relatos Eróticos

Las refugiadas 3 - Piratas

... distintos piratas. No le gustaba pero autorizó a que entregase armas a Yaroslav. Mientras el capitán negaba que hubiese mueres dentro. Cuando Minerva dijo que estaban preparados Pedro hizo una seña al capitán Peng y esta como rindiéndose ordenó a un marinero que abriese el contenedor. Este se iba a acercar cuando las puertas se abrieron de golpe. Minerva, con dos pistolas en las manos, disparó al jefe pirata y a otro de ellos mientras gritaba «¡Tirad las armas!, ¡Tiradlas o morid!». Yaroslav con otras dos disparó a un tercer pirata y lanzó la segunda a Pedro. Hizo un segundo disparo certero, mientras Minerva hacía otros dos y Pedro tras coger la pistola abatía a uno más. Un pirata se abalanzó sobre Minerva por detrás. Un marinero gritó y señaló. Ella lanzó una patada hacia atrás y el tacón del zapato se clavó en el pecho del atacante. Cuando retiró el pie el atacante cayó manando una fuente de sangre de su pecho. Pedro disparó a un segundo que se acercaba a la americana. Los piratas restantes lanzaron las armas al suelo y después se lanzaron ellos. Pedro se acercó al interprete y le pegó una patada.

—En pie —dijo en inglés—. ¿Quién os dijo que había mujeres a bordo?

—Yo… yo… no sé…

—Sí sabes. —Pedro le golpeó en la cara con el cañón de la pistola moviendo la mano como para darle un revés—. Te vi subiendo a hablar con el jefe.

—Los demás vendrán y os matarán a todos.

Un marinero vino corriendo y avisó al capitán. Pedro, Qing y otros oficiales se asomaron por ...

... la borda. Pedro informó a Minerva. En una de las lanchas estaban montando un gran lanzagranadas. Pedro recibió de Minerva una curiosa pregunta que trasfirió al capitán.

—¿Realizáis contrabando de algunas armas rusas?

—Yo… yo… bueno, sí —reconoció Qing cerca del oído de Pedro—. Tenemos un contenedor lleno de RPG-7. Pero no tenemos instrucciones.

—Lo he oído —avisa Minerva—. Que envíe dos marineros a abrirlo y te diga por dónde para que vaya Yaroslav.

Pedro se lo tradujo y tres minutos después Los marineros y Yaroslav llegan con sendos lanzacohetes antitanque portátiles RGP7. Yaroslav se acerca al pasó de la cadena del ancla y apunta desde ahí como si fuese un rifle. Dispara. Una columna de agua sale de delante de la lancha que estaba montando el lanzacohetes. Rápidamente la proa empezó a hacer aguas y la lancha escoró hundiéndose y el lanza cohetes terminó en el fondo del mar. Pedro avisó al capitán que llamó al médico. Yaroslav se retorcía en el suelo con un brazo, sobre el que había apoyado el RPG7 colgando. El médico puso el hueso en su sitio y aplicó un vendaje que tendría que llevar una semana. El retroceso le había dislocado el hombro. Regresaron donde estaban las mujeres. Varios marineros las contemplaban bromeando si era o no una tortura.

Los tres piratas estaban sentados en sillas, atados a ellas desnudos. Con las manos unidas detrás el cuello y una cuerda que lo rodeaba. Minerva los amenazaba periódicamente con la pistola. Mientras Ulyana, Miroslava y ...